El congelado es un producto que se ha colado en nuestras vidas y cocinas desde hace años. No obstante, a pesar de estar ampliamente familiarizados con ellos, hay mucha información que desconocemos al respecto. Por ejemplo, ¿tienes claro cuáles son sus beneficios alimenticios?, ¿sus desventajas?, ¿sabes realmente en qué se asemejan o diferencian de otros tipos de procesados?
No te preocupes si desconoces la respuesta a las preguntas que te acabamos de plantear. En este artículo trataremos de esclarecer todas tus dudas sobre los alimentos que han sido sometidos al proceso de congelación. ¡Sigue leyendo y no pierdas detalle de nada!
Diferencias entre congelado, ultracongelado y refrigerado
Para empezar, debemos señalar que los congelados, ultracongelados y refrigerados no son lo mismo. En ocasiones, los tomamos por sinónimos, pero hacen referencia a distintos tipos de productos con características totalmente diferentes. La diferencia radica, básicamente, en la forma en la que estos alimentos son conservados.
Por un lado, tenemos los refrigerados. Pizzas, bocadillos, el gazpacho o los platos de arroz, son solo algunos de los productos que podemos encontrar en nuestro supermercado de confianza. En este caso, las condiciones de preservación se establecen entre los 0º C y 8º C. Con estas temperaturas, la conservación no dura tanto tiempo como con otros procesos y sigue existiendo riesgo de que surjan bacterias, lo que supone un riesgo para el consumidor.
En los congelados la temperatura de conservación se sitúa entre los -18º C y -25º C, por tanto, los productos se pueden almacenar durante periodos más prolongados. Además, en estos casos es muy importante que no se rompa la cadena de frío. Algunos de los alimentos que utilizan este sistema y que resultan más comunes son la carne, el pescado, el pan, la verdura, la fruta o los huevos.
En cuanto a la ultracongelación, el proceso que se sigue es ligeramente distinto, ya que se emplea un método más rápido y menos progresivo que en el apartado anterior. En este sentido, se recurre a la utilización de placas de frío, las cuales, a -40º C, permiten acelerar el proceso. Así, en menos de 120 minutos se logra que se congele por completo el alimento.
Ventajas y desventajas de los platos conservados a baja temperatura
Llevamos un ritmo de vida frenético y eso también repercute en nuestros hábitos alimenticios. Las prisas y la falta de tiempo nos empujan a descuidar la forma en la que nos nutrimos. Está claro que los productos congelados nos ayudan a ahorrar muchísimo tiempo, pero ¿qué otras ventajas y desventajas presentan?
Ventajas
– En cuanto a los beneficios, están claros. Este tipo de productos nos posibilitan ganar en rapidez y comodidad a la hora de cocinar, ¡solo hay que calentarlos!
– Por otra parte, es muy sencillo llevar una dieta variada y equilibrada sin tener que pasarnos el día en la cocina o acudir frecuentemente al supermercado.
-También es importante señalar que se trata de productos seguros. Se caracterizan por haber pasado unos controles que garantizan su higiene, es decir, están limpios y en buen estado para su consumo, sin ningún tipo de microorganismo que pueda afectar a nuestra salud. Asimismo, debido al proceso de conservación, pueden durar meses en óptimas condiciones, incluyendo la fecha de caducidad para más seguridad.
– Por último y en relación con lo anterior, los alimentos precocinados siguen manteniendo todas las propiedades de textura, olor y color del producto original. Tampoco sus vitaminas y sus valores nutritivos se ven alterados.
Inconvenientes
– Al haber sido manipulados, algunas de sus características se ven afectadas. Es el caso del sabor, por regla general, un alimento que ha sido congelado nunca va a saber igual que un alimento fresco.
– Otra de las principales desventajas que presentan es que muchos de ellos poseen un elevado contenido en grasas trans, lo que los convierte en alimentos mucho más pesados. También, a algunos platos preparados, cuando se someten al proceso de congelación, se les añade sal, especias o aditivos. Por esta razón, resultan productos más calóricos de los que tampoco conviene abusar.
– Finalmente, el problema más importante es la posible pérdida de propiedades, algo que ocurre, fundamentalmente, al calentarlos en el microondas a altas temperaturas.
El congelado, protagonista en Navidad
No podíamos terminar este artículo sin hacer especial mención a la Navidad. En esta época del año es justamente cuando más se consume el producto congelado. ¿Por qué? Precisamente, debido a los beneficios que comentábamos antes y, sobre todo, por el factor económico.
El marisco es, sin duda, el rey de estas fechas tan señaladas. Gracias a este proceso de conservación podemos disfrutar de un producto de primera calidad, tanto crudo como cocido, pero asequible a nuestro bolsillo. Y, a su vez, que sea más barato no tiene por qué implicar que sea de peor calidad.
Los únicos requisitos para que tu velada sea todo un éxito radican en que te asegures de descongelarlo adecuadamente y que respetes los tiempos de cocción. En este sentido, no está de más recordar que la descongelación nunca se puede hacer sumergiendo el alimento en cuestión en agua caliente o mediante la exposición a otra fuente de calor. Debe ser un proceso progresivo, así que paciencia con ello.
No obstante, existen más razones, más allá del dinero. El marisco, por ejemplo, es un bien muy perecedero y se descompone muy rápido. Por ello, se suele adquirir vivo en las pescaderías. Si nos decantamos por productos que hayan sido sometidos a un proceso de congelación estaremos apostando por la seguridad en nuestra mesa.