LA HARINA DE MAÍZ Y SUS DIFERENTES USOS EN LA COCINA
La cocina saludable aprovecha a fondo la harina de maíz. Es un alimento de origen americano que ha sido la base alimentaria de diversas civilizaciones, como la maya o la azteca. Pero, pese a sus orígenes humildes, hoy puedes encontrar este producto en cualquier supermercado del mundo. ¿Quieres saber qué te ofrece? Si es así, ¡sigue leyendo!
PROPIEDADES DE LA HARINA DE MAÍZ EN LA COCINA
La principal característica destacable de esta harina es que no contiene gluten. Por tanto, gracias a ella puedes elaborar todo tipo de recetas aptas para celíacos. En la cocina encontrarás una gran cantidad de ejemplos, muchos de los cuales son muy saludables.
Contiene una amplia variedad de vitaminas y minerales. Entre las primeras se encuentran la A, B1, B5, C, E y K, todas ellas esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Ten en cuenta que rigen funciones tan importantes como el correcto desarrollo de los huesos o de los dientes. En cuanto a los minerales, aporta calcio, zinc, fósforo y magnesio.
También es rica en fibra. En concreto, posee 9,5 gramos por cada 100. Este nutriente es fundamental para mantener el tracto intestinal en buen estado y prevenir enfermedades digestivas y estreñimientos. Además, puedes aumentar esta cantidad elaborando diversas recetas con vegetales.
Por otro lado, posee un efecto saciante que no pasa desapercibido. A esto hay que sumarle que tiene 330 calorías por cada 100 gramos, un aporte energético muy similar al de la harina de trigo. En este sentido cuenta con más grasas y menos proteínas, pero esto no le resta utilidad.
Hay que tener en cuenten función del maíz que se utilice la harina resultante puede tener un efecto antioxidante digno de mención. Esto se debe a su contenido en vitamina C, que ayuda al organismo a reducir los daños que puedan causarle los radicales libres. Finalmente es rica en carotenos, que contribuyen a luchar contra la oxidación celular y a mejorar la vista.
¿COCINAMOS CON HARINA SIN GLUTEN DE MAÍZ?
Su utilidad en la cocina es muy variada y, en concreto, tiene un peso enorme en la cocina latinomericana. Esto no debería de extrañarte, ya que como decíamos al principio el maíz proviene de estas tierras. ¡Sus gentes han tenido siglos para perfeccionar diferentes recetas y usos!
Uno de los más destacados es la elaboración de tortillas… Aunque no las que estás pensando. En este caso se trata de elaboraciones en las que no se usa huevo. Se hace una masa similar a la del pan, para luego estirarla en forma circular y cocerla. Los tacos y los burritos las llevan como base.
Y, como hemos mencionado, también es una harina apta para elaborar pan. No obstante, tendrás que mezclarla con otras como la de centeno o trigo para obtener mejores resultados: piensa que, al no contener gluten, el crecimiento de cada pieza no es el apropiado, y se consiguen unos resultados quebradizos.
Además, la harina de maíz refinada es ideal para elaborar salsas, cremas y postres. Su capacidad para ligar diferentes ingredientes es bien conocida, y no aporta sabores nuevos. Esto hace que tenga una presencia destacada en todo tipo de recetas.
Si quieres sacarle todo el partido, ¡no te pierdas estos ejemplos!
Tartaletas de maíz con centro de queso
Ingredientes:
- 260 gramos de maíz fresco.
- 15 gramos de mantequilla.
- 50 gramos de harina de trigo.
- 50 gramos de harina de maíz amarillo.
- 25 gramos de azúcar moreno.
- 6 gramos de levadura química.
- Sal al gusto.
- Un yogur sin azúcar.
- 60 mililitros de leche desnatada.
- 2 huevos.
- 2 cucharadas de cebollino picado.
- 240 gramos de queso mozzarella.
Empieza precalentando el horno a 190 ºC y engrasa doce moldes para tartaletas. Saltea el maíz con la mantequilla en una sartén a fuego medio durante 5 minutos. Luego añade en un recipiente la harina de trigo, la de maíz, el azúcar, la levadura química, la sal y la harina salteada.
En un recipiente separado, bate el yogur, la leche, los huevos y el maíz procesado. Cuando estén bien integrados, añade los ingredientes secos y el cebollino picado para mezclarlos en una masa homogénea. Vierte la masa en los moldes y corta el queso en 12 cubos. Introduce cada uno en el centro de un molde y hornea durante 20 o 30 minutos. Para rematar, déjalos enfriar antes de probarlos.
Croquetas de masa de maíz
Ingredientes:
- 30 gramos de cebolla.
- 150 gramos de jamón picado.
- 85 gramos de harina de arroz.
- 85 gramos de harina de maíz.
- 600 mililitros de leche.
- Pan rallado sin gluten.
- Sal y pimienta.
Empieza por freír a fuego lento la cebolla picada con el jamón. Cuando esté dorada, retira del fuego y reserva. En un cazo, tuesta las harinas y ve añadiendo la leche poco a poco hasta conseguir una masa espesa, que será la base de las futuras croquetas.
Incorpora a la masa la cebolla, el jamón, la sal y la pimienta, para después dejarla descansar en la nevera durante 24 horas. Para evitar que se forme una costra, tapa la superficie de la elaboración con papel film. Finalmente, dale forma a la masa, rebózala en pan rallado sin gluten y fríe hasta que la superficie quede bien dorada.
Bizcocho de harina de maíz y limón
Ingredientes:
- 250 gramos de harina de maíz amarilla.
- 250 gramos de mantequilla.
- 230 gramos de azúcar.
- 5 huevos.
- Ralladura de un limón.
- Sal.
Precalienta el horno a 170 ºC y engrasa un molde de 23 centímetros con un poco de mantequilla. A continuación bate las claras de los huevos a punto de nieve; luego haz lo mismo con la mantequilla, el azúcar, las yemas y la ralladura de limón.
Añade la harina a la mezcla y remueve hasta integrar los ingredientes. Cuando los grumos desaparezcan, integra las claras a punto de nieve. Una vez que esté lista la masa, viértela en el molde previamente engrasado, alísala y hornea durante 45 minutos. ¡El resultado te sorprenderá!
Estos son solo algunos ejemplos de cocina saludable con harina sin gluten de maíz. Ya ves que puedes utilizar este ingrediente en todo tipo de elaboraciones. ¡Desde supermercados masymas te animamos a probar estas recetas!