Disfrutar de una copa de vino es lo más natural del mundo. Un consumo moderado de alcohol no resulta problemático. No obstante, necesitas conocer una serie de pautas para garantizar el máximo disfrute. En masymas supermercados te mostramos todo lo que hay que tener en cuenta. Así que, ¡no dejes de leer!
Conoce las claves para degustar una buena copa de vino
El vino es una de las bebidas más populares que existe, y lo lleva siendo siglos. Toda la cultura que gira a su alrededor se basa en un conocimiento preciso y en el cuidado de los detalles. Para saborear una buena copa debes tener en cuenta una serie de pautas. Desde el tamaño de la copa a la cantidad adecuada, cada una de ellas te permitirá disfrutar sin preocupaciones.
Abrir la botella
Este es uno de los pasos cruciales. Primero, hay que retirar la cobertura del corcho. Si no lo haces con cuidado y con los útiles necesarios, podrías echar a perder el vino. Un sacacorchos es fundamental. Encaja en la parte alta y cuenta con una punta especialmente diseñada para ello. Además, es preferible no apoyar la botella en la mesa ni agitarla para evitar mover los sedimentos.
Dispón la botella en vertical y procura no atravesar el corcho de parte a parte. Esto haría que algunas virutas del material acabaran en el vino. Cuando hayas terminado, seca y guarda el corcho para seguir utilizándolo a modo de tapón.
Una vez listo, deja descansar el vino para que los taninos que contiene se disipen en la medida de lo posible. Con 20 minutos será suficiente. Procura dejarlo abierto sin nada encima del cuello de la botella. Cuanto más añejo sea, mayor va a ser la cantidad de tiempo que va a necesitar. Sin embargo, ¡la espera merecerá la pena!
Servir el vino
La copa de cristal es el recipiente por el que debes apostar. Con ella podrás agitar el vino sin tirarlo y comprobar que posee el color adecuado. Si te preguntas por la cantidad que tienes que servir, lo ideal es no pasar de la mitad. Con 15 centilitros será más que suficiente. Podrás apreciar los diferentes matices de sabor en su justa medida y sin mayores consecuencias.
Por otro lado, no dejes de poner todos tus sentidos cuando vayas a catar el vino. Cada uno te ofrecerá información valiosa de su estado. Por ejemplo, para comprobar el aroma sujeta la copa sin agitarla y acerca la cara. Así sabrás si es el adecuado.
Los tiempos de consumo
Mantener las condiciones del vino es esencial para degustarlo. Sin embargo, la mayoría de los hogares no disponen de los medios adecuados. No acumules demasiadas botellas abiertas ni las bebas en el menor tiempo posible: ve poco a poco, y guárdalas en un lugar tranquilo, con una temperatura estable y una iluminación baja. También puedes ir rotando las que ya hayas abierto y comprobar que están en buen estado.
Procura no cambiar la botella por otro recipiente. Este es un error grave, ya que no dispondrás del mismo vidrio, que por su tono verde oscuro evita algunos efectos negativos de la luz. Junto a esto, harás que el poso se mezcle con la del resto del vino, lo cual podría alterar su sabor.
Saborea un destilado sorbo a sorbo
Al igual que ocurre con el vino, también puedes degustar un destilado con moderación. Esta es la auténtica clave: no tienes por qué hacer frente a una borrachera y su consecuente resaca. Quédate solo con lo mejor que te pueden ofrecer todo tipo de licores.
La copa o vaso sigue teniendo un papel esencial en este caso. Los licores más populares tienen el suyo propio. En ellos podrás disfrutar de las características intactas de la bebida. Por ejemplo, en los destilados más añejos, es recomendable utilizar una copa de chimenea corta, de fuste amplio y boca cerrada. Sus cualidades organolépticas aparecerán en todo su esplendor, algo que vas a agradecer.
Otro aspecto a cuidar, y mucho, es la cantidad. En el caso de los combinados, con 8 centilitros será suficiente. Además, si vas a realizar una cata o quieres iniciarte, ten en cuenta que se suele añadir un 25 % de agua para diluir el destilado. Esto no altera sus cualidades, sino que lo suaviza y provoca que sus aromas se muestren con fuerza.
No pruebes el licor conforme lo hayas abierto. Es otra clave que comparten con el vino, pero hay algo más que tienes que saber: las bebidas de graduación más alta podrían hacer que perdieras tu olfato durante unos minutos. Lo mejor, por tanto, es esperar un cuarto de hora para probarlo. El objetivo es oxigenar la bebida para que resulte más agradable al paladar.
Una vez tengas el líquido en la boca, aguántalo 15 segundos. Esto sirve para que el destilado desate todo su sabor por el contraste térmico. Quizás pienses que es contraproducente, pero de no hacerlo te estarás perdiendo una buena parte de las características organolépticas. Cuando llegue a tu estómago obtendrás otra información importante sobre su estado y calidad.
Si vas a catar diversos destilados, existe una pauta que debes cumplir: empezar por el de menor gradación; estos tienen un gusto más delicado. Luego pasarías a los superiores, que son más aromáticos, para terminar con los añejos por la potencia que atesoran. Ocurre algo similar con los quesos, que deben probarse del más suave al más intenso. Así los últimos no oscurecen al resto, algo que estropearía la cata sin remedio.
No dejes de tener en cuenta estos consejos. El consumo moderado de alcohol es la clave más importante de todas. Así disfrutarás del sabor de un buen vino o licor sin embriagarte. Ten en cuenta también aspectos como el vaso en el que vas catarlo o el tiempo de reposo antes de degustarlo. De esa manera las cualidades organolépticas se desarrollarán por completo, y podrás disfrutar de una copa de vino siempre en su mejor estado.