Cremosas, crujientes y deliciosas. Hoy rendimos un tributo especial a ese alimento que tanto gusta a grandes y pequeños. El 16 de enero es el Día Mundial de la Croqueta, aunque no es necesario esperar a esta fecha para celebrarlo.
¿Quieres saber cómo hacer las croquetas perfectas? ¡Toma nota!
¿Dónde nació la croqueta?
Estos bocados tan sabrosos al parecer tienen un origen francés, aunque no está del todo claro de dónde vienen. Croqueta es un derivado de la onomatopeya francesa croquer, que significa ‘crujir’. No en vano, este es uno de los secretos de una buena croqueta. Si no hace ese reconocido sonido, no será perfecta.
Hay quien dice que, para conocer realmente el origen de la croqueta, hemos de viajar hasta 1619 a la corte francesa del rey Luis XIV. Allí Louis Béchameil, el Marqués de Nointel, perfeccionó la salsa que da base a esta comida. Aunque el primer registro histórico de la croqueta data del 18 de enero de 1817, cuando Antonin Carême, padre de la alta cocina, realizó Croquettes à la Royale (croquetas reales) para un banquete.
No obstante, hay quienes fechan el nacimiento de la croqueta en 1898 y dicen que el responsable sería Auguste Escoffier. Este restaurador y cocinero revolucionó la cocina tradicional francesa y se considera su gran transformador.
Los rellenos para croquetas favoritos
Las croquetas forman parte de nuestra cultura gastronómica. ¿A quién no le gusta una croqueta jugosa, cremosa y con mucho sabor?
Este manjar admite diversos rellenos, por lo que es una excelente forma de aprovechar la comida que ha sobrado. Existen croquetas con cabrales, aromatizadas con trufa o de fabada asturiana, por lo que todos los gustos y bolsillos pueden disfrutarlas.
A continuación te proponemos algunos de los rellenos para croquetas que más triunfan.
Receta de croquetas de jamón
Ingredientes:
- 50 g de jamón serrano picadito;
- 1 diente de ajo;
- 35 g de mantequilla;
- AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra);
- 275 ml de leche;
- 1 hueso pequeño de jamón;
- 75 ml de nata;
- 60 g de harina;
- 70 g de cebolla;
- Sal y pimienta negra;
- Harina, huevo y pan rallado;
- Aceite para freír.
Infusiona la leche con el hueso de jamón. Mientras, ve rehogando la cebolla y el ajo hasta que estén bien pochados. Añade la mantequilla y, una vez derretida, tuesta la harina para hacer la bechamel. No le añadas sal, pues el jamón ya está salado. Incorpóralo a la preparación y deja que la mezcla repose.
Receta de croquetas de salmón
Ingredientes:
- 170 g de salmón desmenuzado;
- 100 g de harina;
- 1 cebolla;
- 1 diente de ajo;
- 2 cucharadas de AOVE;
- 50 g de mantequilla;
- 500 ml de leche;
- Sal, pimienta y nuez moscada;
- Harina, huevo y pan rallado;
- Aceite para freír.
En el recipiente donde vayas a hacer la bechamel, saltea primero el salmón fresco salpimentado. Seguidamente, incorpora la mitad de la leche y deja que llegue a ebullición y cueza 3 minutos.
Retira el salmón y desmenúzalo. Cuela la leche y añade el resto de la leche limpia.
Prepara la bechamel y finaliza con nuez moscada y pimienta. Añade el salmón desmenuzado, con el fuego apagado, y mezcla. Déjalo reposar.
Receta de croquetas de boletus
Ingredientes:
- 150 g de boletus;
- 1 diente de ajo;
- 35 g de mantequilla;
- AOVE;
- 275 ml de leche;
- 75 ml de nata;
- 60 g de harina;
- 70 g de cebolla;
- Sal y pimienta negra;
- Harina, huevo y pan rallado;
- Aceite para freír.
Pica finamente las setas y rehógalas con ajo. Prepara una bechamel, salpiméntala, apaga el fuego y añade las setas a la mezcla. Déjala reposar.
Cuando tu relleno preferido haya reposado un poco, forma las croquetas, rebózalas, fríelas y ya podrás disfrutarlas.
Cómo hacer las croquetas perfectas
Para hacer las mejores croquetas del mundo hay dos secretos: elaborar una buena bechamel y freírlas bien.
Además, es fundamental contar con una buena materia prima y ser generosos con el ingrediente principal. Puedes hacerlas de cocido, jamón, pollo, setas, queso, gambas, sardinas, café, chocolate, gin tonic… Lo que se te ocurra: el límite está en tu imaginación.
Para el rebozado puedes utilizar pan rallado japonés (panko), pues absorbe menos aceite que el tradicional y queda muy crujiente.
La mejor bechamel
Tiene que ser ligera y cremosa. Lo conseguirás añadiendo más mantequilla a la mezcla.
Pon la mantequilla en la sartén y deja que se funda. Incorpora la harina para que se cocine. Seguidamente, añade caldo o leche poco a poco. Ayúdate con unas varillas para que la mezcla quede homogénea y sin grumos. Ten paciencia y remueve durante unos 20 o 30 minutos; este es el secreto de la salsa.
Luego añade el pollo, pescado, jamón o lo que sea y mezcla. Rectifica de sal y añade nuez moscada y pimienta. Déjala reposar para que se enfríe y luego dale forma.
Freír las croquetas
Para que queden perfectas, se necesita un recipiente profundo. De este modo, evitarás tener que darles la vuelta y correr el riesgo de romperlas.
¿Cuál es la solución? Una freidora. Así, tus croquetas quedarán completamente cubiertas por el aceite y no tendrás que girarlas. Como consecuencia, no se derramará el relleno en el aceite y las comerás disfrutando del crujir de cada bocado.
El truco antes de freírlas es tenerlas a temperatura ambiente durante unos 15 minutos. Así, el pan rallado se secará antes de freír. Utiliza aceite de oliva o de girasol, en función de tus preferencias. Recuerda que no debe humear, por lo que la temperatura no debe superar los 175 o 178 ºC.
Además, evita poner muchas croquetas al mismo tiempo. Eso bajaría la temperatura del aceite y te impediría conseguir un resultado crujiente.
¿Qué hay que hacer para que crujan? Se debe producir un choque térmico al sumergir las croquetas para freírlas. Así, se deshidrata la superficie y se produce una corteza crujiente que protege el interior.
Ya te hemos contado cómo hacer las croquetas perfectas, pero quizás no tienes tiempo para ello. En ese caso, aprovecha el Día Mundial de la croqueta para acercarte a masymas supermercados y comprar unas deliciosas croquetas ya preparadas. Si las compartes con amigos, no olvides llevar un detalle perfecto. ¡Disfrútalas!