Para entender mejor el mundo de la cerveza debemos conocer más en detalle los procesos de elaboración y porque según los ingredientes, tiempos y cantidades de estos se pueden obtener las distintas variedades que hay.
Pero, antes de nada, ¿sabrías definir la cerveza? Te echamos una mano, pues la cerveza, oficialmente, es el “alimento resultante de la fermentación, mediante levaduras seleccionadas, de un mosto cervecero elaborado a partir de materias primas naturales”, según el Real Decreto 678/2016 de la Norma de calidad de la cerveza y de las bebidas de malta.
España, un país cervecero
Nuestro país ama la cerveza, no hay duda alguna. No solo a la hora consumir esta bebida ancestral, sino también por producirla. A lo largo y ancho de nuestro país nos encontramos con marcas de referencia nacional e internacional como Mahou, San Miguel, Cruzcampo, Amstel o Estrella Galicia. Todas con diferentes variedades de cerveza que intentan satisfacer a todos los grupos y gustos de los consumidores.
Más datos que demuestran que España es un país muy cervecero:
- Somos el tercer país que más cerveza produce de Europa. Solo por detrás de la obvia Alemania y la sorprendente Polonia. Datos de 2020.
- En el mundo, estamos dentro de los diez primeros. Y el ranking lo lidera, con mucha ventaja, China seguido Estados Unidos y Brasil.
- La media nacional de litros consumidos al año de cerveza se sitúa en 23,3 l, siendo Andalucía y las Islas Baleares los lugares donde se bebe al año.
Antes de meternos en materia y ver qué tipos de cerveza hay, nos pararemos en ver su proceso de fabricación porque es aquí, durante su elaboración, donde se entiende mejor por qué hay diferencias entre unas cervezas u otras.
¿Cómo se produce la cerveza?
Lo primero que tienes que saber es que la cerveza se hace con cereal, normalmente con cebada, lúpulo, levadura y agua. Simple a primera vista, pero realmente no se necesita más para conseguir elaborar una rica cerveza. Aunque estos cuatro elementos son los básicos y esenciales, hay infinidad de materias primas que se pueden integrar en recetas de cerveza para conseguir diferentes y especiales elaboraciones: frutas, especias como el cilantro o la miel y, como no, otro tipo de cereal como el maíz o el centeno son algunos ejemplos.
Pero yendo al proceso puro de elaboración de una cerveza, con sus ingredientes esenciales, podemos decir que la clave de todo el proceso está en la fermentación. Como veremos a continuación, se trata del paso esencial para crear una buena cerveza. Es el momento de fermentación el que hace que minerales, antioxidantes y vitaminas presentes en las materias primas se conserven en la bebida.
Aunque en menor medida también se puede usar otros cereales, para hacer cerveza se necesita cebada,. Es un cereal básico para nuestra alimentación desde hace siglos; no en balde es el quinto más cultivado del mundo.
Una vez recogidos los granos de cereal, pasan un proceso denominado malteado. Durante el malteado, el cereal se sumerge en agua, haciéndolo germinar, y luego se seca con aire caliente; dependiendo de este paso, del tostado del grano, se consiguen maltas claras u oscuras, es decir, las cervezas rubias o tostadas.
El grano tostado se muele y se mezcla con agua. Durante la maceración se obtiene el llamado mosto cervecero, que se sigue mezclando con agua y finalmente se filtra para conseguir el líquido de los restos de malta.
Esa malta líquida resultante del mosto cervecero pasa a la cocción, momento donde se le añade el lúpulo que le aporta aroma y amargor. Pasado el tiempo necesario para que el lúpulo cumpla su función, llega la fermentación.
Aquí la clave está en la levadura, que transforma los azúcares del mosto en alcohol y gas y que otorga el olor esencial de la cerveza. Dependiendo de qué tipo de cerveza estemos queriendo elaborar, usaremos una familia de levaduras u otra. Las más conocidas son la Ale y la Lager. Tras el paso por los fermentadores, el líquido que será cerveza al final del proceso necesita una maduración a baja temperatura.
Cuando el proceso de enfriado y maduración acaba, es el momento de su envasado, no sin antes hacer un último filtrado para eliminar restos de levadura. Y listo, ya tenemos una cerveza lista y dispuesta para su disfrute. Eso sí, siempre de forma responsable.
Tipos de cerveza
Durante la explicación del proceso de elaboración de la cerveza, comentábamos que el factor clave a la hora distinguir los tipos de esta bebida está en la levadura. Las cervezas de baja fermentación incorporan levaduras de la familia Lager; aquellas que son de alta fermentación llevan levaduras de otra familia: Ale.
Dentro de las cervezas tipo Ale y Lager, a su vez, se encuentran diferentes tipos y variedades. Todas con matices que las hacen únicas y que tienen una gran tradición en muchos lugares del mundo.
Las cervezas no solo se pueden clasificar por sus levaduras; el cereal, el lúpulo e incluso el agua también son diferenciales a la hora de preparar una cerveza u otra.
Una curiosidad: la denominación de levaduras Lager, procede de un término alemán cuyo significado es almacenar. Los cerveceros tradicionales, hace siglos, descubrieron que el invierno era una época interesante para hacer la cerveza y que guardando el líquido a baja temperatura durante los meses fríos su sabor era mucho mejor.
¿Sabías cómo era la planta del lúpulo?
Es un elemento esencial en la receta de cualquier cerveza. Los maestros cerveceros lo usan para darle el matiz necesario y para equilibrar el sabor y el aroma dependiendo del nivel de tostado de la cebada.
El color de la cerveza es una de sus características más especiales. Te hacemos otra pregunta: ¿por qué unas cervezas son rubias y otras tostadas? Has de saber que la respuesta está en la malta. La malta es el grano germinado con agua y, posteriormente tostado con aire caliente. Por tanto, las cervezas tostadas son aquellas que tienen una malta que ha sido calentada más que la usada para hacer la cerveza rubia.
Algunas cervezas se elaboran sin maltear el grano, es decir, sin tostarlo o con un mínimo toque de aire caliente. Para ello se usa maíz en vez de cebada, y el resultado siempre será una cerveza de tonos claros o también llamada cerveza blanca, nunca una tostada.
Dentro de esta familia de cervezas rubias también podemos encontrar las IPA. La India Pale Ale, es una cerveza que se diferencia de otras tipo Ale por la cantidad de lúpulos utilizados. Se trata de un estilo de bebida refrescante que los colonos ingleses crearon para beber en climas calurosos.
Por el contrario, si queremos conseguir una cerveza muy tostada, la denominada como negra, se debe calentar mucho el grano, casi hasta quemarlo, para obtener ese tono oscuro. Para equilibra su sabor y aroma, durante la cocción, se le añaden diferentes tipos y cantidades de lúpulo.
Si eres amante de la cerveza, ahora ya sabes más sobre su proceso de fabricación y los elementos que hacen que una sea rubia y otra tostada.