Hay vestigios de lo que hoy conocemos como queso a lo largo y ancho de nuestro planeta e historia. No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen primigenio de este manjar que hoy disfrutamos de aperitivo, como ingrediente en innumerables recetas o incluso como postre.
Lo que sí puede estar más o menos claro es que su descubrimiento pudo estar más relacionado con el azar que con la intención.
Dejando de lado las historias más divinas que cuentan cómo los dioses de culturas ancestrales dieron el queso como regalo a la humanidad, nos encontramos con que hay diferentes relatos, en diferentes lugares y en diferentes momentos de la historia que cuentan, con muchas más similitudes que diferencias, el origen del queso.
Estas leyendas o teorías hablan de humanos de hace milenios (unos hablan de hace 3.000 años, otros de 8.000, otros 10.000 …) que, durante sus largos viajes, transportaban la leche en estómagos de animales, una forma efectiva de no perder un alimento indispensable para la época. La unión de del cuajo del estómago del animal, las altas temperaturas y el tiempo que estuvo la leche dentro de ese recipiente orgánico hizo que fermentara la leche y formara una masa diferente a todo lo que habían visto.
Este relato lo sitúan en muchos lugares: Polonia, diferentes zonas de Asia… ¿Qué sabemos? Pues que en el Antiguo Egipto se comía queso, igual que en la Grecia Clásica y en el Imperio Romano. También los sumerios de Mesopotamia sabían cómo crear queso a partir de leche animal. A partir de ahí, prácticamente todos los pueblos europeos conocen el arte de hacer queso y a lo largo de los siglos se han ido perfeccionando las artesanas formas de hacer este alimento que hoy forma parte de nuestra dieta diaria.
Quesos de aquí, la mancha quesera asturiana
¿Qué decir de los quesos elaborados en Asturias que no hayamos dicho ya? Los quesos asturianos son auténticas joyas gastronómicas que representan la riqueza cultural y culinaria de nuestra región. Con una tradición quesera que se remonta siglos y generaciones en el tiempo, Asturias ha perfeccionado el arte de producir quesos de altísima calidad y valorados en todo el mundo. El secreto no es otro que usar métodos artesanales y materias primas de primera categoría. Sencillo a la vez que muy complicado.
Quesos característicos de Asturias
En primer lugar, destacan los quesos azules, como el famoso Cabrales y el Gamoneu. Estos quesos son el resultado de un proceso de elaboración único y especial, pues implica la fermentación controlada con hongos en cuevas naturales de las montañas cantábricas. El resultado es un alimento con sabor potente y muy característico, con unas vetas azules que dan una intensidad distintiva al que lo degusta. Un manjar.
Pero tenemos quesos para todos los gustos pues los quesos semicurados y curados son igualmente destacables. El Afuega’l pitu, por ejemplo, es un queso que se presenta en variedades rojas y blancas, con un sabor ligeramente ácido y una textura muy peculiar. Además, el Pria es un queso de vaca semicurado que ofrece un sabor suave y mantecoso, perfecto para aquellos que prefieren quesos más delicados.
Principales exponentes del queso asturiano
Cabrales
El queso Cabrales está más que reconocido como uno de los quesos azules más emblemáticos del mundo, siendo el resultado de una artesanía y una tradición quesera cuidadosa y única que se remonta siglos atrás.
El proceso de elaboración del cabrales comienza con la minuciosa elección de la leche cruda de vaca, cabra u oveja, o una unión de estas tres. Esta leche se coagula con cuajo natural y se deja fermentar durante varias semanas. Una vez que la cuajada ha alcanzado la consistencia adecuada, se corta y se coloca en moldes para darle forma.
Lo que hace que el cabrales sea verdaderamente único es su proceso de maduración. Después de ser desmoldado, el queso se traslada a cuevas naturales de las montañas de Picos de Europa, donde se deja madurar durante un mínimo de dos meses, aunque muchos productores optan por periodos de maduración más largos para desarrollar sabores más complejos.
Durante este tiempo en las cuevas, el cabrales se ve sometido a condiciones de humedad y temperatura controladas por la naturaleza misma. Es aquí donde se produce la magia: las esporas de moho Penicillium roqueforti, que flotan en el aire de las cuevas, colonizan el queso, creando vetas azules distintivas y un sabor profundo y complejo.
El resultado final es un queso de sabor intenso y picante, con una textura cremosa que se deshace en la boca. Su aroma es penetrante y distintivo, con notas terrosas y herbáceas que evocan el entorno montañoso donde madura.
Gamoneu
El queso Gamoneu sigue un proceso de elaboración parecido a al resto de quesos.
Se produce principalmente en dos zonas específicas de la región: el Valle de Arbas y los Picos de Europa, cada una aportando características únicas al producto final. Cada maestrillo tiene su librillo, que diría el refranero español.
Al igual que el cabrales, se puede usar leche cruda de vaca, cabra u oveja, o una combinación de estas tres, y luego se deja que madure en cuevas naturales durante mínimo dos meses.
Tanto el Cabrales como el Gamoneu, forman parte de un selecto grupo de quesos bajo la Denominación de Origen Protegida, DOP, junto con los de Afuega’l Pitu y Casín. Además, el queso de Los Beyos que tiene otro sello de calidad y no es otro que el IGP, Indicación Geográfica Protegida.
Y es que cientos de familias en estas tierras del norte viven del queso. No es de extrañar que su relevancia crezca día a día, donde cada vez más gente ve en este tipo de alimentos un producto de calidad, que respeta la tradición y ofrece un sabor único.
Como puedes ver, los quesos asturianos son mucho más que simples productos lácteos; son una expresión vívida del patrimonio cultural, la tradición artesanal y la riqueza gastronómica de Asturias. Desde los intensos y picantes quesos azules hasta los suaves y cremosos, la diversidad de sabores, aromas y texturas que ofrecen estos quesos es verdaderamente impresionante.
Por qué se celebra el 27 de marzo el Día Mundial del Queso
La celebración del Día Mundial del Queso el 27 de marzo es una forma de reconocer y celebrar la rica diversidad cultural e histórica del queso a nivel global, pero no está vinculado a ningún hecho histórico, efeméride significativa u ocasión especial.
Simplemente, se ha convertido en una ocasión para que los aficionados al queso de todo el mundo digan lo mucho que les gusta el queso y compartan sus variedades favoritas.
Disfruta con masymas supermercados del Día Mundial del Queso y llévate a casa tu favorito. Solo tienes que pasarte por tu masymas de confianza y elegir entre la inmensa variedad de quesos que ofrecemos. Siempre puedes preguntar a los compañeros que te sugieran o recomienden. ¡Te esperamos!