El café va más allá de ser solo una bebida; es una vivencia, una costumbre y, para muchos, un ritual cotidiano.
El origen del café: desde Etiopía hasta Arabia
La historia del café tiene sus raíces en Etiopía, en la zona de Kaffa, donde se dice que los primeros granos de café fueron encontrados. Una antigua leyenda cuenta que un pastor llamado Kaldi observó cómo sus cabras se volvían extrañamente activas tras consumir unas bayas rojas de un arbusto cercano. Curioso, Kaldi decidió probar las bayas y notó que le daban un notable impulso de energía, lo que le llevó a compartir su hallazgo con un monje. Este, tras varios experimentos, decidió tostar los granos y preparar una infusión. Así nació el café.
El café, originario de Etiopía, llegó a Yemen, donde pronto se hizo famoso entre los sufíes. Estos monjes empleaban la bebida para mantenerse alertas durante sus extensas sesiones de oración nocturna. En el siglo XV, el cultivo del café se expandió a otras regiones del mundo árabe, aunque los comerciantes intentaron mantener su monopolio sobre el grano fértil, protegiendo celosamente su secreto.
La llegada del café a Europa: el despertar de una pasión
En el siglo XVII, el café hizo su entrada en Europa, introducido por comerciantes venecianos que llevaron este valioso grano desde las tierras árabes. La bebida pronto capturó la imaginación de los europeos, especialmente en Italia, donde las primeras cafeterías comenzaron a abrir sus puertas. Una de las primeras ciudades en saborear este novedoso elixir fue Venecia, donde las cafeterías rápidamente se transformaron en puntos de reunión para pensadores, artistas y figuras políticas.
Sin embargo, el camino del café no fue siempre fácil en Europa. En sus inicios, algunos líderes religiosos lo consideraron una «invención de Satanás». Fue el Papa Clemente VIII quien, después de probarlo, decidió bendecirlo, permitiendo que su consumo se extendiera por todo el continente.
El café no solo llegó a Europa como una bebida, sino también como una moda. Las cafeterías, conocidas como «penny universities» en Inglaterra, se convirtieron en centros de debate y conocimiento, donde se discutían desde temas filosóficos hasta asuntos políticos.
El café en España: cultivo, torrefacto y tradición
Aunque España no es el primer país que viene a la mente cuando pensamos en el cultivo del café, tiene una historia única en Europa. España es el único país europeo donde se cultiva café, y esto ocurre en las Islas Canarias, gracias a su clima tropical. Los primeros cafetos fueron plantados en Tenerife en el siglo XVIII, y más tarde en Gran Canaria. El café de Agaete, producido en esta última isla, es actualmente el único café cultivado en Europa continental, aunque en pequeñas cantidades.
Otra particularidad del café en España es la técnica del «torrefacto«, un método de tueste que incorpora azúcar durante el proceso. Esta técnica, que surgió como una forma de conservar el café por más tiempo, le da un sabor característico que lo diferencia del café tostado en otros lugares del mundo.
El consumo de café en España comenzó a popularizarse a mediados del siglo XVIII, traído por comerciantes italianos y los Borbones. Desde entonces, el café ha evolucionado para convertirse en una parte integral de la vida social española, con cafeterías en cada esquina y un consumo que sigue creciendo.
La expansión global del café y su impacto económico
El siglo XIX fue testigo de la expansión global del cultivo del café, impulsado principalmente por la demanda europea. Las plantaciones se establecieron en América Latina, África y Asia, convirtiendo a países como Brasil, Colombia y Vietnam en los principales productores de café del mundo. El cultivo del café se convirtió en una industria multimillonaria, vital para las economías de muchos países en desarrollo.
El café no solo es una bebida, sino uno de los productos básicos más valiosos a nivel global, solo superado por el petróleo. Su cultivo proporciona empleo a millones de personas y representa una parte significativa de los ingresos en divisas para muchos países productores.
La cultura del café hoy: un elemento global e indispensable
En la actualidad, el café se ha convertido en una parte esencial de la rutina diaria para millones de personas alrededor del planeta. Desde los países nórdicos, donde el consumo per cápita es el más alto, hasta España, donde disfrutar de un café en una terraza es casi un ritual, el café ha trascendido su papel de simple bebida para convertirse en un fenómeno cultural.
La oferta de café ha evolucionado, y ahora podemos disfrutar de una amplia variedad de tipos y preparaciones, desde el espresso italiano hasta el café turco, pasando por el café con leche o el cortado. Además, la calidad del café ha mejorado significativamente, con un mayor enfoque en la sostenibilidad y el comercio justo, lo que permite que más personas disfruten de una taza de café de alta calidad.