La charcutería fresca es una de las mejores maneras de comer fiambre, tocino, chacina y salchichón  sin tener remordimiento de conciencia. Se trata de un tipo de carne sana que deriva, normalmente, del cerdo, aunque también se le denomina así a todo tipo de carne procesada y conservada (como el caso de la cecina o de diferentes productos de pavo y pollo).

¿Es difícil distinguir la charcutería fresca?

El origen de esta carne saludable tuvo lugar en Egipto, al descubrir el extraordinario poder conservante que tenía la sal para con los alimentos. La charcutería, tal y como la conocemos, se parece más a lo que elaboraban los romanos para festejar ciertas fechas especiales para ellos, ya que elaboraban morcillas y salchichas.

Pero, volviendo al siglo XXI y situándonos en nuestro supermercado favorito, es interesante saber en qué hemos de fijarnos para saber si estamos frente a carne saludable.

Embalaje de carne saludable

Es muy importante que el producto esté en el expositor perfectamente embalado. Si se trata de charcutería pequeña (un salchichón o un chorizo), fíjate que el plástico que lo recubre no está roto ni dañado, ya que por ahí no solo pueden entrar bacterias y aire que lo contaminen, sino que pierde la mayor parte de su jugo y frescura. Si es producto para cortar, el carnicero tiene que volver a envolverlo cuidadosamente en plástico después de cada corte, por lo mismo que hemos dicho anteriormente.

Información y etiquetado

Casi lo primero que tenemos que ver a la hora de elegir un producto de este tipo es su marca y su procedencia. Esto es garantía de que estamos comiendo algo de calidad, que cumple con un estricto control sanitario y que su aporte nutricional es el adecuado. En España tenemos importantes marcas que llevan años dedicándose a este sector, confía en ellos.

Buen olor: señal de carne sana

El olor es uno de los primeros indicadores que nos alertan si un alimento está en mal estado. Aunque cada especie tiene su propio olor, la diferencia entre ellos variará ligeramente. Lo que tenemos que rechazar es cualquier olor rancio o extraño que notemos en la charcutería, que indicaría pérdida de frescura.

Hay que tener en cuenta que muchos productos se comercializan al vacío (por ejemplo, las lonchas). Al abrirse, pueden desprender un olor desagradable que en nada tiene que ver con el mal estado. Normalmente, desaparece en unos minutos.

Exudado

Se trata del líquido que acompaña a algunos embutidos y que indica frescura, siempre que la cantidad sea la adecuada. Si vemos que hay un exceso del mismo, quiere decir que ha estado sometida a fluctuaciones de temperatura. Este líquido puede resultar un nido de bacterias que pudiera pudrir el embutido fresco.

En definitiva, para elegir la mejor charcutería fresca, hemos de fijarnos en ciertos detalles de los productos que se expongan en la carnicería. Entre ellos están los de etiquetado correcto, un olor suave y normal, un embalaje sin roturas ni daños de ningún tipo y una exudación adecuada. También es importante acudir a un supermercado que nos dé confianza, y que tenga ciertas garantías de calidad.