El avance tecnológico que disfruta nuestra sociedad es imparable. La investigación y desarrollo de nuevos conceptos y mejoras en el rendimiento de prácticamente cualquier elemento en cualquier sector nos hace preguntarnos cómo será el futuro, si seguimos a este ritmo.
Este avance parece exponencial; es decir, cuanto más se investiga, más rápido se consiguen descubrimientos relevantes que cambian el statu quo de una determinada rama de la ciencia.
Es imposible hablar de todos los avances distinguidos que se han hecho a lo largo de la historia y de los que pronto veremos. Desde el descubrimiento de la penicilina, a los futuros viajes espaciales a Marte, pasando por las teorías de la evolución o la relatividad, el Metaverso o el ya cotidiano teléfono móvil inteligente que llevamos encima; todos y cada uno de estos pasos hacia delante que nuestra sociedad ha dado y dará en las próximas décadas nos muestran la enorme capacidad de crear que tenemos como especie, reflejo de un elemento innato en nuestra especie como es la curiosidad.
Por eso hoy os queremos hablar de una disciplina que deja patente ese sentimiento intrínseco de saber más y también de mejorar nuestras vidas. Hoy tratamos de acercan un poco el concepto de biotecnología, sus aplicaciones y su relación con el sector agroalimentario.
¿Qué es la biotecnología?
Dedicando un poco de tiempo a estudiar la etimología de la palabra biotecnología, vemos que se puede dividir en tres partes: bio, tecno y logía. Son elementos que proceden del griego y significan vida, destreza y ciencia, respectivamente. En otras palabras, la biotecnología es el estudio de seres vivos con el objetivo de crear mejoras para la sociedad.
Dentro de esta rama científica, se unen diferentes disciplinas como las matemáticas, la química, la estadística, la genética, la biología y, obviamente, desde ya hace décadas, todo lo relacionado con la tecnología, la informática y el análisis de datos.
Dentro de la biotecnología, se pueden encontrar muchos proyectos enfocados a diferentes ámbitos como la salud, entre los que pueden destacar la investigación para la detección más rápida y eficientemente de enfermedades graves o el desarrollo de nuevos tratamientos contra ellas; también está muy presente dentro del medio ambiente, la industria, la agricultura y otras más que nos harán la vida más sencilla en unos años.
En lo que respecta España, su presencia dentro del panorama internacional de biotecnología es más que notable. Con diferentes centros de investigación entre los más destacados del mundo, nuestro país juega un papel relevante a nivel internacional. Y lo hace con instituciones como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Como parte del CSIC está el Centro Nacional de Biotecnología, el CNB. Con tres décadas a sus espaldas, el CNB no solo ha ayudado en investigaciones y avances tecnológicos de importancia, sino también a formar a las futuras generaciones de especialistas en biotecnología.
Organismos modificados genéticamente
Debido a estos avances en la materia de la biotecnología, surgen conceptos y elementos nuevos con los que los expertos están más que familiarizados pero que el público en general vemos como lejanos, complejos y difíciles de entender, aunque los escuchemos de vez en cuando. Uno de ellos es el denominado como OMG: organismo modificado genéticamente.
“En palabras de los organismos oficiales nacionales, un OMG “es cualquier organismo, con excepción de los seres humanos, cuyo material genético ha sido modificado de una manera que no se produce de forma natural en el apareamiento o en la recombinación natural, siempre que se utilicen las técnicas que reglamentariamente se establezcan.””
Estos OMG se pueden aplicar en cualquier ámbito. Por ejemplo, en el medio ambiente, donde estos organismos modificados genéticamente pueden ayudar a reducir la contaminación de una zona concreta. Otro ejemplo, sin duda es el sector de la agricultura, y, por consiguiente, de la alimentación. Dentro de ellos se dan casos interesantes de aplicaciones de OMG. En España, se cultiva un tipo de maíz modificado genéticamente. Ese cambio en su genoma, concretamente en una proteína, hace que sea resistente a las plagas de taladro eliminando a las larvas que las hembras depositan en las plantas.
La biotecnología dentro de la agroalimentación
El ejemplo del maíz es un buen resumen para entender el objetivo de la biotecnología aplicada al sector agroalimentario. Ante una necesidad, se aplica esta ciencia y sus respectivos procesos para conseguir que una planta sea resistente a una de sus peores plagas.
Pero no solo existe ese problema, el cambio climático es otro grave elemento a tener en cuenta. Se necesita un sector agrario que pueda continuar produciendo alimentos de forma constante y ahí es donde la biotecnología y el concepto de OMG puede jugar un papel clave. Así mismo, el mercado se mueve en relación a las demandas de los consumidores, elemento en el que también tiene una clara influencia la capacidad de modificar genéticamente un organismo
En definitiva, estas investigaciones para conseguir una base agrícola más resistente a plagas, climas extremos y otros factores son parte activa de diferentes avances en el ámbito de la biotecnología que tienen como punto final mejorar una de nuestras fuentes de alimento básicas y fundamentales.
Y, realmente, solo estamos en el principio. Seguro que en las próximas décadas se consiguen avances increíbles en el campo de la biotecnología aplicada al sector agroalimentario que hoy en día nos resultan impensables.