Solo hay que contemplar el paisaje para ver que la naturaleza brota por cualquier lugar de Asturias. De ella, se obtienen muchos de los alimentos que llenan nuestras mesas. Y aunque no lo creas, los productos sector primario asturiano tienen una importancia mayor de lo que puedas pensar. La agricultura, la pesca y la ganadería nos regalan auténticos manjares que puedes encontrar en masymas supermercados. Vamos a conocerlos más a fondo.
El sector primario asturiano y algunos datos
A diferencia de lo que ha sucedido en otras regiones, el sector primario asturiano sigue muy vivo y mantiene a una parte de la población. Según datos recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cerca del 6 % trabaja en este ámbito.
Parece poco, pero es mucho más si lo comparamos con los números que arrojan otras comunidades. El pasado y el presente de la región pasa por el campo y por la excelencia. Lejos de ser un medio de subsistencia, hoy los productos naturales son manjares exclusivos.
A ello han contribuido tradiciones que se mantienen vivas. Sin ir más lejos, el cultivo de la manzana para la sidra se conoce desde épocas anteriores a la llegada de los romanos y la crianza de vacas ha originado una raza autóctona asturiana. Cada pequeño pueblo o aldea mantiene una estrecha relación con la naturaleza y elaboraciones artesanales transmitidas de generación en generación.
Agricultura
Las verdes praderas siguen siendo el escenario de trabajos que se llevan a cabo de la misma forma desde hace siglos. El campesino tradicional y el agricultor miman sus cultivos para que lleguen a las mesas con una calidad superior.
El mejor ejemplo es el de la manzana. No hay un bocado más dulce ni una fruta que tenga la propiedad de convertirse en la bebida de todo un territorio. Y es que las manzanas de la tierra se transforman en sidra siguiendo una tradición que se pierde en el tiempo.
Los métodos no han cambiado en absoluto. La pureza de su creación, su artesanía, viene avalada por la D.O.P. que tiene la sidra, algo único en el mundo.
Pero el campo y nuestros agricultores también nos dan el maíz. Son muchas las plantaciones de este grano y su influjo en la cocina local es fácil de ver. Platos típicos como los tortos o el emberzao no son posibles sin la harina de maíz elaborada en multitud pueblos.
La faba es otro de los alimentos que debe tener un espacio destacado. Sin ella, la fabada asturiana no tiene sentido. De hecho, las fabes están protegidas gracias al sello I.G.P. dada la importancia y la calidad que atesoran.
Ganadería
A la hora de sentarnos a la mesa, los ganaderos tienen que tener nuestro recuerdo. Pocos son los platos que escapan de los magníficos productos que nos brindan. La ganadería asturiana es parte esencial de su sector primario y nos ofrece auténticas delicias.
Un gran ejemplo es carne de la ternera asturiana, apreciada en todo el mundo. Esta raza cuenta con el sello I.G.P. que demuestra su calidad y su crianza siguiendo los más estrictos estándares de calidad. Los cachopos y otros muchos platos serían imposibles sin su crianza.
No obstante, el ganadero asturiano no solo nos suministra carne. Hay un alimento que lleva siglos obteniéndose de una forma respetuosa con el animal. Se trata de la leche asturiana, la cual se sigue produciendo gracias a unos pastos que llevan siglos alimentando a las vacas.
Y de la leche es imposible no pasar a los quesos. Casi cada pueblo cuenta con una variedad artesana que tiene siglos de historia. Todos se siguen haciendo con recetas que perduran desde tiempos inmemoriales. El Cabrales o el Gamonéu son dos variedades queseras muy extendidas, pero hay muchísimas más.
Pesca
Localidades tradicionales como Cudillero o Lastres dan buena cuenta de lo viva que está la pesca en Asturias. Nos aporta varios pescados fundamentales como el congrio o la caballa.
Sin embargo, son los mariscos los productos más buscados por muchos. Centollos, ñoclas o erizos de mar son tremendamente populares en multitud de mesas. Para ello, los pescadores faenan a diario, empleando redes y barcas que son reparadas en los puertos de los pueblos. Todo para salir al mar y traernos los mejores regalos.
La protección del sector primario
Actualmente, el sector primario asturiano está recibiendo diversas ayudas para proteger sus productos. Esto se consigue, en parte, gracias a los sellos de calidad que hacen sobresalir el trabajo del ganadero, del agricultor o del pescador. Los mejores productos son los que reciben el sello de Denominación de Origen Protegida.
Y no son pocos los que hay en Asturias. Varias variedades de quesos como el Casín o vinos como los que se maceran en la región de Cangas del Narcea son un ejemplo. También lo es la propia sidra asturiana, una bebida que cada vez tiene más fama fuera de la comunidad y el país.
De esta manera, los artesanos del sector primario pueden mantener intactos sus métodos de elaboración. Estos son fundamentales para que la calidad de sus productos no baje en absoluto.
La exportación a todo el mundo
Pese a todo lo dicho, el sector primario asturiano no solo tiene que ser visto como algo tradicional. También puede convertirse en un motor económico, como así lo está demostrando. La excelencia de varios de sus productos es incuestionable y de ello se están dando cuenta lejos de la región.
Para que te hagas una idea, el 20 % del queso cabrales producido en el Principado de Asturias se exporta a otros países. Y ese es el camino que está tomando la sidra, la ternera y muchas más elaboraciones de esta región. Como ves, en el extranjero cada vez hay más interés por una cocina tan rica como la asturiana.
Sin duda, los productos del sector primario asturiano tienen motivos más que suficientes para ser muy valorados por los consumidores. Son fuente de sabores, de calidad y de tradición. Por este motivo, es necesario mantener los medios de elaboración típicos de la zona para garantizar su autenticidad y excelencia.
