Integrar en nuestra alimentación comidas que sacian no tiene que estar relacionado con dietas o intentos de bajar de peso. Deberían formar parte, de manera natural, de nuestro día a día, pues ayudan en gran medida a eliminar el apetito sin necesidad de ingerir gran cantidad de comida.
Ese es el secreto de los alimentos saciantes: en muy poca cantidad se concentra una gran capacidad de elementos nutritivos que nos ayudan a mantener la energía de nuestro cuerpo.
Bien es cierto que están muy relacionados con las dietas y los menús de comida que intentan bajar de peso. Las personas que acuden a nutricionistas y especialistas en la materia suelen salir de sus consultas con un buen consejo: comer más alimentos saciantes.
Pero como decimos, no hace falta tener un problema de peso para introducir en nuestra dieta este tipo de productos.
Suelen ser naturales, bastante accesibles y bien conocidos por la mayor parte de la gente. Lo único que muchos de ellos tienen otras características o propiedades más llamativas que su capacidad de saciar el apetito. Hablamos, por ejemplo, del sabor o su capacidad de mezclar bien con otros alimentos en diferentes recetas.
Pero antes de dejarte una muestra de alimentos saciantes que, como siempre, puedes encontrar en masymas supermercados, listos para comer directamente o perfectos para cocinar, tenemos que hacernos una pregunta: ¿por qué nos entra el hambre?
Diferencias entre hambre y apetito
Pueden parecer que significan lo mismo, pero no, los términos hambre y apetito no son sinónimos. Resumiendo, el hambre es un concepto fisiológico y, por su parte, el apetito lo es psicológico.
Ampliando un poco la explicación de la diferencia entre hambre y apetito, se puede decir que el hambre es totalmente involuntaria y no está relacionado con ningún alimento en particular; simplemente se tiene hambre porque el cuerpo necesita energía. Por el contrario, el apetito surge de pronto y se centra en una comida específica. Está muy influenciada por factores externos; es decir, por estímulos ajenos a cualquier razón nutricional: olores, estado psicológico, anímico en ese preciso momento… La frase “comer por los ojos” nos lleva a ver que hay veces que nuestra capacidad de comer se ve influenciada por la vista.
Un ejemplo para entenderlo puede ser el concepto de antojo. Cuando queremos comer algo muy concreto y no tenemos hambre, pero simplemente queremos esa comida en particular en ese mismo momento y de manera urgente. Muchas veces no tiene sentido y no sabemos muy bien por qué nos entra la necesidad de comer esa determinada cosa, pero ocurre con frecuencia.
Por qué sacian unos alimentos y otros no
Dejando a un lado las diferencias entre los conceptos de hambre y apetito, que ya hemos visto que la primera es propia e incontrolable de nuestro cuerpo y que la segunda está más relacionada con lo psicológico, vamos a entrar y conocer qué alimentos podemos incluir en nuestra dieta para que nos sacien.
Para entender cómo unos alimentos, con poca cantidad, pueden dejarnos satisfechos después de comerlos y otros no, tenemos que conocer un concepto relacionado con la nutrición: los macronutrientes
“Elegir qué comer en cada momento y en qué cantidades es lo que diferencia a una dieta equilibrada y sana de una que nos llevará a problemas de salud. Encontrar la forma de integrar estos alimentos saciantes a nuestra dieta es la mejor manera de conseguir combatir el hambre y, además, de manera saludable”
Todo ser vivo necesita nutrientes. Son los elementos esenciales para la vida, pues nos aportan energía y equilibrio. Los expertos dividen esos elementos en dos grandes grupos.
Uno de esos grupos son los llamados micronutrientes. Aquí nos encontramos con las vitaminas y los minerales, encargados de que el equilibrio del organismo sea óptimo. En el otro grupo, el de los macronutrientes, están las sustancias que nos aportan energía y son las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas.
Como decíamos, es en este último subgrupo de nutrientes donde está la clave para entender por qué un alimento sacia y otro no, aun comiendo la misma cantidad en gramos.
De los tres macronutrientes que hemos mencionado, la grasa es, sin duda, el que más calorías nos ofrece y, sin embargo, el que menos nos quita el hambre. Por tanto, apostar por alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono, los otros dos macronutrientes, hará que nuestro cuerpo se sacie de manera óptima que si ingerimos más grasas.
Frutos secos
Hay un elemento físico relacionado directamente con la capacidad de un alimento de ser saciante. Se trata del número de veces que hay que masticarlo. Y en ese apartado, los frutos secos tienen mucho ganado.
Aparte de ser ricos en fibra y que ayudan a controlar el nivel de colesterol, los frutos secos sacian de manera increíble el apetito. Son un alimento sano y el mejor complemento para desayunos, meriendas o cuando aprieta el hambre entre horas.
Avena
Alimento ya integrado plenamente en la dieta de muchas personas, la avena tiene un alto nivel de proteínas, más que otros cereales, lo que ayuda a que sacie de manera efectiva el hambre durante horas.
Suele tomarse en copos para desayunar, ya que, de esta manera, se consigue aguantar toda la mañana sin picar nada. Además, tiene mucha fibra, lo que ayuda al sistema digestivo a funcionar mejor.
Patata cocida
La patata es uno de los alimentos que más juego nos dan en la comida. Sus múltiples variedades y su capacidad para ser elaborada de formas diferentes es algo a tener en cuenta, ya que no disfruta de una gran fama entre los amantes de las dietas equilibradas. Que la patata engorda, se ha digo millones de veces; pero no, la patata no engorda. Todo depende de la forma en la que se prepare y se coma.
Una patata cortada en pedazos, frita en aceite de girasol y salseada con kétchup es, cuanto menos, una comida poco saludable si lo tomamos como rutina. Sin embargo, la misma patata cocida o al horno, puede ofrecernos multitud de beneficios.
Al freírla, las propiedades saludables de la patata se diluyen, pero al cocerla tenemos un alimento rico y muy sano que nos puede saciar el hambre sin problema.
Fruta
Frutas como la manzana pueden ayudarnos dejar de tener hambre de manera inmediata. Es el alimento todoterreno: posee mucha agua y fibra, combate el estreñimiento y tiene pocas calorías.
También las naranjas, las uvas y otro tipo de frutas ayudan a saciar el apetito.
Salmón
Animal rico en Omega 3, lo que significa que, además de sacianros, nos ayudan a mantener sano y equilibrado el sistema cardiovascular y colesterol.
Como ves, este es un pequeño grupo de alimentos sacian nuestra hambre. Hay otros muchos, como sopas, verduras o legumbres de las que hablaremos más en profundidad en siguientes artículos.