La vuelta a la rutina cada vez está más cerca. Muchos esperan con ansia las vacaciones de verano para descansar y desconectar del trabajo. Sin embargo, la vuelta suele hacerse muy cuesta arriba para multitud de personas. Para que este año no te pase, no dejes de prestar atención a los consejos que descubrirás en las próximas líneas.
¿Por qué cuesta volver al día a día?
Después de meses y meses de trabajo, lo natural es que quieras un descanso. Cuando lo consigues, buscas extenderlo lo máximo posible y disfrutarlo. Algo normal: te lo mereces. No obstante, cuando llega el momento de volver a tu puesto de trabajo lo habitual es que te cueste. Haces un gran esfuerzo por retornar a la oficina con buena cara y esconder tu bajón… ¡Hay incluso quien sufre síndrome postvacacional!
Una de las razones por las que cuesta volver es por la falta de rutina. Te acostumbras, en poco tiempo, a no hacer nada durante la mayor parte del día. En consecuencia, al regresar tu cuerpo y tu mente se ven forzados a retomar los hábitos perdidos. Esto requiere unos días de aclimatación. A su vez, las responsabilidades se relajan durante las vacaciones, al igual que tú mismo. Una vez en el trabajo, te das de bruces con la realidad y echas de menos levantarte tarde o no hacer nada. Te cuesta arrancar.
Consejos para la vuelta al trabajo
La vuelta al trabajo no tiene por qué complicarse; solo debes saber cómo hacerla. Tienes que empezar por mentalizarte de que las vacaciones se acaban. Unas semanas antes del final empieza a prepararte mentalmente, pero sin agobios. Acepta que el descanso se va a terminar y motívate para volver con una fuerza arrolladora. De este modo nada te parará durante las primeras semanas de la vuelta al trabajo.
Otro aspecto crucial es volver a los hábitos de trabajo de forma gradual. La idea es aceptar responsabilidades poco a poco y fragmentarlas para facilitarte la vuelta. De lo contrario acabarás frustrado al no alcanzar el ritmo previo a las vacaciones. Aunque no lo creas, tu mente necesita un tiempo para reordenarse y volver a acostumbrase a la rutina. Procura dárselo: así no estarás enfadado todo el rato.
Por último, mantén la calma en todo momento. Dejarte embargar por la pereza o la tristeza que causa el fin de las vacaciones no te será de ayuda. Debes permanecer centrado, relajado y dispuesto a retomar las labores del día a día. Solo así te adaptarás en el menor tiempo posible. Piensa que, al fin y al cabo, después del primer día estarás un paso más cerca de las próximas vacaciones.
El papel de la alimentación y el deporte
Durante las vacaciones descuidas tu alimentación. Sobre todo cuando visitas lugares emblemáticos por su gastronomía. Es difícil no probar ciertos manjares, por lo que una parte de la vuelta consistirá en adaptar la alimentación. Olvídate de las comidas pesadas, de los dulces y de la falta de planificación. Apuesta por platos ligeros en calorías, por las verduras, el pescado y las carnes magras para perder los kilos adquiridos.
En cuanto al deporte, se trata de un aliado para adelgazar y volver a la cotidianidad que no deberías dejar de lado. Sin embargo, no trates de abarcar mucho a la vuelta. Haz ejercicio, una buena caminata o una carrera, dos o tres veces por semana. Dedícale una hora y practícalo, a ser posible, por las mañanas. Estarás más descansado, volverás poco a poco y te mantendrás en forma.
El lado mental
El aspecto psicológico del retorno al trabajo es el que más deberás trabajar, sobre todo en estos tiempos de nueva normalidad. Esta vuelta es diferente a todas las demás, pero ten presente que cualquier problema es siempre temporal. Lo prioritario es que trabajes para solventar cada dificultad por separado.
Una gran montaña no se escala de la base a la cima: hay que subir por etapas. Por tanto toma asiento, respira profundamente y recapacita sobre los problemas que te supone la vuelta. Es la forma más simple de abarcarlos y solucionarlos con éxito. Te llevará tiempo, pero saldrás airoso y fortalecido. Bastará con que mantengas la calma y permanezcas centrado.
¿Qué no hacer de cara a la vuelta?
Es muy recomendable que no vuelvas de mal humor. Esto no solo te hará rendir poco en el trabajo, sino que acabará afectando a tu familia, amigos y compañeros. Una mala actitud se va a notar mucho, y especialmente en septiembre. No permitas que la situación te sobrepase.
Otro aspecto que merece tu atención es el cambio de mentalidad. Si esperas al último día, lo más probable es que tengas dificultades para dormir la víspera a tu reincorporación al trabajo. Te levantarás cansado y con mal humor, algo que no querrás para el primer día. En este sentido, debes plantearte la vuelta como algo progresivo, digno de ser compartido con quienes te rodean.
Encara el retorno con calma y organización
Tómate con calma el retorno, mentalízate y no lo dejes para el último momento. La clave está en fragmentar los problemas que te supone la vuelta y organizarte para minimizar su impacto negativo. Además, este año va a resultar más complicado de lo usual, por lo que deberás hacer un esfuerzo adicional. Sin embargo, merecerá la pena. ¡Ya verás cómo en pocas semanas estarás a pleno rendimiento!
Lo cierto es que la vuelta a la rutina está cada vez más cerca. Exprime los días de vacaciones al máximo y no te lamentes cuando se acaben. Seguro que en más de una ocasión has echado de menos el trabajo, aunque sea fugazmente.