Saber conservar los alimentos ayuda a prolongar su vida útil y a evitar la aparición de plagas y sustancias que puedan provocar intoxicaciones o enfermedades, causadas por un mal manejo en la conservación de los alimentos.
También ayuda a ahorrar y gestionar mejor el presupuesto doméstico, al aprovechar al máximo cada producto antes de que se cumpla su fecha de caducidad.
Por lo general, en el hogar cuentas con tres formas de conservar los alimentos: en la despensa, la nevera y el congelador.
En la primera, se colocan todos aquellos ingredientes y alimentos no perecederos, o que pueden permanecer mucho tiempo sin refrigeración; en la nevera, van aquellos productos que sin refrigeración se pueden dañar rápidamente; y en el congelador, carnes y pescados, o comida congelada, que deben preservarse con temperaturas muy bajas.
La mejor manera de conservar los alimentos es almacenarlos de forma tal que conserven todas sus propiedades y se mantengan en buenas condiciones.
Algo que puedes lograr siguiendo estos consejos, que en parte son producto de la experiencia y en parte recomendaciones de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición).
Recomendaciones generales
Estas son algunas recomendaciones generales en torno al almacenamiento y la conservación de alimentos:
- No almacenar en un mismo espacio alimentos con productos de limpieza y productos químicos.
- Limpiar regularmente la nevera, la despensa y cualquier espacio que estés utilizando para el almacenamiento y la conservación de alimentos.
- Leer y seguir las instrucciones para su conservación que se encuentran en muchos productos alimenticios.
- Elabora un menú para solo comprar los productos que vas a necesitar para las comidas. De esta manera, evitas descartar vegetales y alimentos vencidos.
- Sigue la consigna First in, First out, “lo primero que entra, lo primero que sale”, para evitar que los alimentos caduquen o se dañen sin usar. Presta atención a las fechas de vencimiento.
Cómo conservar alimentos no perecederos
Son artículos no perecederos como botes, enlatados y paquetes con productos que no necesitan refrigeración, mientras permanezcan cerrados herméticamente.
Hay productos, como la mayonesa, los purés y salsas, la leche y concentrados de larga duración, que una vez abiertos deben pasar a la nevera y mantenerse refrigerados.
Es importante que el espacio que utilices para almacenar los alimentos sea un lugar seco y fresco, que esté bien ventilado, no reciba la luz solar ni esté muy cerca de una fuente de calor. La temperatura ideal en una despensa está entre los 15° y los 18°.
Otras recomendaciones:
- Legumbres, granos, cereales, café, té y azúcar, pastas y otros productos se pueden colocar en recipientes transparentes de plástico o vidrio.
- Cualquier producto cuyo envoltorio sea abierto debes pasarlo a un envase que se pueda cerrar herméticamente.
- Revisa el estado de los alimentos enlatados. Las latas hinchadas, que estén filtrando o estén muy golpeadas u oxidadas, es aconsejable descartarlas. Evita comprar enlatados con abolladuras.
- Organiza los alimentos, de manera que puedas utilizar primero los productos que tienen más tiempo (First in, First out), y para tener a mano los que utilizas con mayor frecuencia.
Cómo conservar alimentos perecederos
Son perecederos todos aquellos alimentos y preparaciones que necesitan bajas temperaturas para conservarse, como es el caso de los lácteos, las carnes, verduras, frutas y otros vegetales, bebidas, salsas, etc.
La temperatura ideal para conservar los alimentos en la nevera se encuentra entre 0° C y 5° C, y es aconsejable abrirla lo menos posible y no dejarla mucho tiempo sin cerrar, para que conserve el frío y se gaste menos energía.
Las temperaturas en el congelador pueden ir desde -6° hasta -24°. Con -6° C puedes mantener alimentos por unas cuantas horas, y con -18° los alimentos pueden permanecer meses en el congelador.
Organización de la nevera
Ordena los alimentos en la nevera de acuerdo con su uso y condición, manteniendo separados los alimentos crudos, especialmente las carnes, de los cocidos.
Un orden ideal consiste en colocar los alimentos cocinados, guardados en envases cerrados, en la parte superior; en la parte media colocar huevos, embutidos y productos lácteos; y en la parte inferior los alimentos crudos, como carne y pescado (cuando se están descongelando).
Los vegetales deben ir en los cajones de verduras y en la puerta, las bebidas, la mantequilla y otros alimentos que se usan con frecuencia.
Al colocar en la parte inferior alimentos crudos que se están descongelando, como carnes y pescados, evitamos que el líquido accidentalmente contamine otros alimentos.
Cómo conservar los huevos
Los huevos se deben conservar frescos en la nevera, tratando de evitar que se vean sometidos a cambios bruscos de temperatura.
Recuerda que los huevos no se deben lavar ni limpiar, ya que puedes dañar la cáscara y eliminar la función protectora de la misma. La cáscara en buen estado evita la entrada de bacterias.
Saca de la nevera la cantidad de huevos que vayas a utilizar un poco antes de cocinarlos.
Alimentos en el congelador
Aunque el congelador puede mantener los alimentos por tiempo indefinido, a medida que el tiempo pase estos van a ir perdiendo calidad: van a perder color, a ser menos jugosos y sin aroma.
Es recomendable separar las porciones en las cantidades que se van a consumir en cada comida, para evitar congelar, descongelar y volver a congelar un alimento. Además, las porciones pequeñas se congelan más rápido.
Antes de guardar la comida preparada en el congelador conviene esperar a que se enfríe. Si se guarda caliente puede afectar la conservación de otros alimentos congelados.
Evita volver a congelar alimentos preparados que ya fueron descongelados. El proceso de congelar y descongelar puede afectar la calidad de los alimentos y facilitar su contaminación.
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