Si te gusta tener una dieta sana y equilibrada, estar en conocimiento de los diferentes grupos de alimentación te resultará muy interesante. Cada uno te proporciona una serie de componentes esenciales que, dependiendo de tu estilo de vida, tendrás que adquirir de una u otra forma.
Grupos de alimentación y su importancia
Lo primero es conocer el origen y la función de los grupos alimentarios, ya que te ayudará a determinar qué productos debes tomar en cada dieta. Según los nutrientes que proporcionan, estos se diferencian en siete grandes agrupaciones:
- Leche y derivados. Aportan energía y proteínas, las cuales se encargan de mantener y formar los tejidos de tu cuerpo. Los enteros contienen más grasa y te proporcionan más energía que los desnatados o semi.
- Frutos secos, legumbres y patatas. Ricas en carbohidratos, pero también proteínas vegetales. También tienen una función energética y estructural.
- Carnes, pescados y huevos. Los huevos y las carnes contienen ácidos grasos saturados, y los pescados, poliinsaturados. Suministran a tu organismo de proteínas y grasas saludables.
- Hortalizas y verduras. Te proporcionan una función reguladora gracias a sus altos índices en agua, fibra, minerales, vitaminas, compuestos orgánicos y oligoelementos.
- Frutas. Te beneficiarás de la ingesta de grandes cantidades minerales, vitaminas y azúcares que ayudarán a regular tu cuerpo. Contienen mucha agua y pocos carbohidratos, grasas y proteínas y, por tanto, pocas calorías.
- Cereales, derivados del azúcar y dulces. Tendrás garantizado un extra de energía gracias a los carbohidratos. Y gracias a la fibra, especialmente en los cereales integrales, controlarás los niveles de colesterol y mejorará tu tránsito intestinal, entre otros.
- Grasas. Aportan vitaminas liposolubles, muchas calorías y su función es energética.
Una vez que ya conoces como se dividen, te mostraremos los diferentes tipos de alimentación más habituales para que aprendas a diferenciarlos.
Vegetarianos
Quienes se decantan por este tipo de alimentación no toman ni pescados ni carnes. La base de su dieta son frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas y cereales. También incluyen productos como el seitán o el tofu. Existen de varios tipos:
Ovolactovegetariano
En esta se consumen, además de lo anterior, huevos y lácteos. Aquí la clave está en el origen sostenible y ecológico. A su vez, se encuentran aquellos que no toman huevos, pero sí lácteos (lactovegetarianos) y aquellos que no incluyen lácteos, pero sí huevos (ovovegetarianos).
Flexitarianos
No está considerada como una dieta vegetariana per se. Ingieren productos veganos o vegetarianos, pero no en exclusividad. Reducen la ingesta de carnes animales y aumentan el consumo de frutas y verduras.
Pescetariano
Los pescetarianos son una especie de semivegetarianos. No comen carnes de ave, cerdo o vaca, aunque sí mariscos y pescados.
Pollotariano
Este caso es similar al anterior, pero cambiando el pescado y el marisco por las aves de corral.
Apivegetarianos
Este grupo incluye en su dieta un alimento de origen animal, la miel. El requisito es que esté elaborada de una forma sostenible.
Veganos
Los veganos no consumen animales ni productos de origen animal. Es decir, no comen pescados, lácteos, huevos o carnes. Además, muchos de ellos ni siquiera visten calzados o ropas procedentes de animales. Destacan dos clases:
Crudiveganos
Son un tipo de veganos que defienden el consumo crudo de la comida. De este modo, se aseguran de que conservan al máximo todos sus nutrientes.
Quienes apuestan por este estilo de alimentación se dice que siguen la dieta raw o el crudismo. Esto no consiste en evitar el calor en las comidas, sino que estas no superen una temperatura de 40-42 ºC.
Frugivoristas
Los frugivoristas son un tipo de veganos cuya nutrición está basada en la toma de frutas. El hándicap de esta dieta es que tiene grandes carencias nutricionales y no está considerada una alimentación saludable. Además, puede elevar mucho el nivel de azúcar en sangre.
Paleo
La dieta paleo procede del paleolítico, es decir, imita el modo de comer de nuestros antepasados. Consiste en tomar solo alimentos sanos y evitar los azúcares añadidos y ultraprocesados que son malos para la salud.
La base son las proteínas magras, aunque también se ingieren verduras, frutas y semillas. Lo que queda excluido son las legumbres, los cereales y los lácteos.
Dieta sátvica
Este régimen se inspira en la disciplina hindú milenaria del ayurveda para unificar espíritu, cuerpo y mente. Se consumen productos orgánicos, frescos y naturales cocinados de manera muy natural (con cocciones cortas, hervidos o crudos).
Dieta macrobiótica
Consiste en la dualidad y equilibrio del Yin-Yang. La alimentación debe respetar la naturaleza y es muy simple. Se basa en la ingesta de productos de temporada que estén lo menos manipulados posible.
El pilar fundamental es comer cuando tengas hambre, pero masticando sin prisas y correctamente. Quedan excluidos los que están refinados, las especias, frutas tropicales, berenjenas, tomates, carnes rojas y lácteos.
¿Cómo diseñar un plato perfecto?
Para comer de manera saludable, sea cual sea tu inclinación alimentaria, los expertos en nutrición afirman que la mejor manera es visualizar un diagrama. En este se observa el plato como un gráfico que se divide en porcentajes:
- 50 % para frutas y vegetales. Su proporción debe ser 25 / 75 %.
- 25 % para cereales integrales.
- 25 % para proteínas saludables.
¿Qué tipo de ingredientes podría llevar este plato perfecto? Lo primero es asegurarte de que vas a comer lo que más te guste. Para ello, en masymas supermercados nos encargamos de proporcionarte todos los grupos de alimentos, garantizando siempre que sean frescos.
Para evitar la monotonía y el aburrimiento, te recomendamos variar los ingredientes principales, pero respetar los porcentajes mostrados. Una buena forma de comer es comprar las verduras y frutas de temporada. Serán más asequibles y estarán en el momento justo de consumo.
Busca las proteínas en el pescado azul, huevos, pollo, legumbres y frutos secos. Para los cereales, opta por quinoa, arroz, pasta, mijo, trigo, avena, maíz, cebada, bulgur… Lo importante es que sean integrales para que te proporcionen más minerales, vitaminas y fibra.
La grasa que escojas siempre de calidad, por ejemplo, un buen aceite de oliva virgen extra. También puedes tomar frutos secos o aguacates, pero con moderación.
En definitiva, ahora que ya conoces los grupos de alimentación y cómo encajarlas en cada tendencia, no tendrás problema en mantener una dieta saludable.