El queso fresco es un alimento tan completo como imprescindible en cualquier dieta sana. A continuación nos centramos en cómo afecta su ingesta a las personas que practican deporte de forma habitual.
El queso fresco para los deportistas
Resulta idóneo incorporarlo a tu dieta si haces deporte gracias a su increíble aporte de proteínas (7 gramos por cada 100 de producto). Además, proporciona:
– Ácido fólico. Protege el sistema nervioso, evita la aparición de anemia y fortalece la musculatura.
– Vitamina B2. Incide en el correcto funcionamiento del aparato respiratorio. Protege a las células. El organismo no la almacena, por lo que su ingesta debería ser diaria.
– Tiene propiedades probióticas. Ayuda al aparato digestivo a hacer su función de forma natural.
Beneficios del queso fresco en las dietas sanas o para adelgazar
Como alimento es de los que se salvan de ser eliminados de las dietas para perder peso. Por cada 100 gramos aporta 100 calorías. Combinado con verduras, carnes magras o pasta sorprende por su adaptabilidad a todo tipo de preparaciones. Su contenido en agua es del 80 %, por lo que hidrata de forma eficiente.
Su consumo habitual ayuda a que el cuerpo vaya quemando la grasa acumulada. Mantener el peso resulta así más sencillo. Gracias a su aporte proteico, verás crecer tu masa muscular progresivamente, consiguiendo así perder peso de forma paulatina.
Además, tu cuerpo se beneficiará del increíble aporte de nutrientes de este alimento, por lo que no echarás de menos otras opciones menos recomendables para mantener tu línea.
Aporte de calcio
Es, sin duda, uno de los grandes beneficios de consumir este tipo de queso. Aporta 566 miligramos de calcio por cada 100 gramos. Esta característica lo convierte en insustituible para todos aquellos que deseen fortalecer sus huesos de forma natural.
Debemos aclararte que la práctica deportiva no deja de suponer un desgaste continuo de tu esqueleto. Si sigues haciendo ejercicio sin cuidar tu dieta podrías sufrir dolencias como la osteoporosis e incluso ser más propenso a las fracturas. El paso de los años convierte a tus huesos en estructuras más frágiles, y solo unos buenos aportes de calcio te ayudarán a protegerte ante este tipo de consecuencias físicas.
Las grasas del queso fresco
En el supermercado podrás encontrar diversas opciones de este alimento. La desnatada es la más recomendable si quieres evitar el consumo de grasas. Por cada 100 gramos, el queso de Burgos contiene:
– 15 gramos de grasa total.
– 8,8 gramos de grasa saturada.
– 4,3 gramos de grasa monoinsaturada.
– 0,9 de grasa poliinsaturada.
– 85 miligramos de colesterol.
Como se puede comprobar, su ingesta habitual no supone ningún tipo de alteración en los niveles de colesterol. Si lo compras desnatado estarás adquiriendo el queso con menos grasa de todos los disponibles en el mercado.
Aprovéchate de los beneficios de su consumo
Ya hemos expuesto cuáles son sus propiedades nutricionales. Ahora haremos lo propio con los beneficios del queso fresco que irás notando progresivamente:
– Podrás entrenar con mayor intensidad gracias a la cantidad de energía que aporta.
– Notarás que mejora tu concentración. El fósforo que contiene ayuda a mejorar el funcionamiento cerebral.
– Tu sistema inmunitario responderá de forma más efectiva ante agresiones externas.
– Tu musculatura y tus huesos tendrán más capacidad de aceptar nuevos retos. Las proteínas y el calcio, como ya hemos expuesto, inciden directamente en que te sientas mucho más fuerte. Todo sea por evitar esa molesta sensación de cansancio crónico.
– Te olvidarás del estreñimiento. Al agilizar el funcionamiento del aparato digestivo, te sentirás menos pesado. Además, estarás protegiendo tu flora intestinal de posibles amenazas.
Tomando tu dosis diaria de queso fresco no tardarás en ir notando estos indudables beneficios para tu salud.
Recetas con queso fresco para deportistas
Nuestra implicación con el deporte nos lleva a proponerte estas recetas sanas con queso fresco para deportistas:
– Ensalada de queso y calabaza. A estos ingredientes debes añadirles remolacha (100 gramos), lechuga (ídem), nueces (3 unidades), zumo de limón y sal. De queso fresco debes usar 200 gramos y 600 más de calabaza. Mezcla bien los ingredientes, cortándolos siempre del menor tamaño posible. Aliña de forma habitual. Deliciosa.
– Quinoa con pollo y queso fresco. Debes preparar la quinoa de forma habitual. Corta el pollo a dados pequeños y dóralo en la sartén. Mezcla los dos ingredientes anteriores añadiendo unos trozos de queso fresco. Esta es una receta llena de vitaminas y proteínas idónea para cenar de forma ligera.
– Pasta con setas, verduras y queso fresco. El consumo de carbohidratos es siempre recomendable para recuperarse tras un entrenamiento. Combina la pasta con setas diversas, brócoli, tomate, pimiento y cebolla, que habrás de saltear. Añade el queso fresco justo antes de servir. Un poco de orégano y de aceite de oliva serán el complemento perfecto.
– Tortilla de queso fresco, atún y verduras. Debes cortar un calabacín, una cebolleta y un pimiento rojo en dados. Añade dos latas de atún en escabeche bien escurridas. Mezcla con cuatro huevos batidos y con unos dados de queso fresco. Prepárala como la clásica tortilla de patatas. Receta recomendable para el mediodía dada su textura y variedad de ingredientes.
El queso fresco es, como acabamos de exponer, un alimento tan completo como insustituible. Si practicas deporte con asiduidad deberías consumirlo a diario. Sus beneficios son múltiples y te permitirán seguir progresando. Además, equilibrará el funcionamiento de tu cuerpo para que puedas hacer frente a los retos que prefieras. Prepara las recetas que te aconsejamos o pon a prueba tu creatividad. Te sorprenderás con los resultados mientras mejoras tu salud de forma natural.