Cierra los ojos por un momento y déjate ir hasta tus años de infancia. Es 6 de enero por la mañana. Los nervios se agolpan en tu estómago, los regalos esperan en el salón de casa. Y, claro, en la cocina hay un roscón de Reyes para llenarte de fuerza en un día muy especial. Todos hemos compartido estas sensaciones. Pero ¿sabemos cuál es su origen y su historia? Por si acaso, desde tus supermercados de confianza vamos a descubrirlas.
La historia del roscón de Reyes
¿Los Reyes Magos le llevaron al pequeño Jesús un roscón cuando nació? Para nada. Entonces, ¿lo preparó alguien cercano y por eso nos lo comemos en la Navidad? Ni mucho menos.
Lo cierto es que el roscón es mucho más antiguo que esta religión. Viajemos hasta el siglo II a. C. y perdámonos en cualquier rincón del Imperio Romano. La época que ahora ocupa la Navidad era el tiempo de las Saturnales. En esta festividad se celebraba el fin de la época más oscura del año y se dispensaba a los esclavos de trabajar.
Pues bien, para celebrarlo, estos preparaban una gran variedad de platos con los humildes ingredientes que podían permitirse. Uno de ellos era una especie de torta redonda con miel y frutos secos.
De plato de esclavos a tradición cristiana
Como no te habrá costado imaginar, esa torta del siglo II a. C. es el antepasado del roscón que te vas a comer en Reyes. Con la caída del Imperio Romano, las Saturnales se convirtieron en la Navidad y la torta dejó de ser cosa de esclavos. En lugar de perderse, las clases pudientes lo incluyeron en sus celebraciones.
La tradición del roscón de Reyes se iba consolidando poco a poco en toda la cristiandad. En el siglo III d. C., se produjo la primera novedad. Se comenzó a esconder un haba en su interior. ¿Te suena de algo? Esta legumbre representaba prosperidad y fertilidad en la época. Así, el que encontraba el haba en la torta se aseguraba un año lleno de bondades.
Evolución de la tradición del roscón
Bien, en el anterior apartado has podido ver cómo nació la historia del roscón de Reyes. Pero ¿cuál ha sido el proceso que lo ha convertido en el dulce que hoy conocemos?
El país en el que más se asentó la tradición de comer el roscón fue en Francia. Cierto que en otros países también se hacía, pero se ve que los franceses de la época eran muy golosos. En el país galo, la fiesta llegó a conocerse como el Rey del haba por la legumbre que escondía el dulce.
Ahora bien, un haba es poca cosa para un rey. Así, un cocinero de Luis XV decidió en el siglo XVIII darle una vuelta de tuerca a la tradición. ¿Cómo? Escondiendo en el interior una moneda de oro o una joya de diamantes.
El roscón en España
En España, la tradición de comer el roscón no era tan importante como en Francia. No obstante, Felipe V, que había nacido en Versalles, se trajo consigo la tradición. La corte adoptó lo de comerse el roscón con un ánimo fuera de toda duda. Así fue como, definitivamente, el roscón se asentaba al sur de los Pirineos de una vez por todas.
El resto de la historia se mantiene ya casi inalterable hasta nuestros días. El roscón ha ido ganando en elaboración incluyendo chocolate, crema o nata. Se sigue comiendo el día de Reyes o su víspera y pocos son capaces de resistirse a su sabor.
Ingredientes del roscón de Reyes
Hay muchas, muchísimas opciones para mantener la tradición del roscón de Reyes. Tienes, por ejemplo, los que son elaborados en tu supermercado. Estos roscones tienen el mismo sabor que los de tu infancia y unas características nutricionales que puedes ver en su etiqueta.
Pero también puedes dar forma a tu propio roscón, así que no queremos dejarte sin su receta. Para que encuentres fácilmente los ingredientes, te dejamos esta lista:
– 600 g de harina.
– 250 ml de leche.
– 30 g de levadura.
– 120 g de azúcar.
– 120 g de mantequilla.
– 2 huevos.
– 10 gramos de sal.
– 2 cucharadas pequeñas de agua de azahar.
– Piel previamente rallada de un limón y una naranja.
– Frutas escarchadas y azúcar para decorar.
La elaboración del roscón
Como ves, los ingredientes son sencillos y puedes encontrarlos en las estanterías de tu supermercado. Su preparación te resultará muy fácil. Aquí la tienes, paso a paso:
1. Mezcla en un bol la harina, la leche y la levadura. Remuévelo y deja que la mezcla repose 15 o 20 minutos en un lugar cálido.
2. Introduce ahora más harina y el resto de ingredientes: azúcar, las pieles de la naranja y el limón, la sal, la leche, los huevos, el agua de azahar y la mantequilla derretida.
3. Remueve hasta crear una masa compacta y homogénea que tendrás que enharinar en su superficie para terminar de amasar con las manos.
4. Deja reposar un par de horas para que se complete la fermentación.
5. Ahora tienes que darle la forma redondeada, abrir el hueco central y pintar la superficie del rosco con huevo batido.
6. Decora el roscón e introduce en él el haba o los regalos que quieras antes de meterlo en el horno.
7. Para terminar, precalienta tu horno y hornea el roscón a 180 grados durante 15 o 20 minutos dependiendo del tamaño del dulce.
¡El roscón de Reyes ya está listo! Ahora siéntate a la mesa y comparte con los tuyos un momento mágico y, por supuesto, delicioso. ¡Feliz Navidad!