La riqueza del campo asturiano nos permite consumir verduras asturianas en cualquier época del año, aunque consumir las que son propias de la temporada, en este caso, las de verano, suponen un beneficio extra que seguramente no conocías: luchar contra cambio climático.
La naturaleza es la encargada de hacer crecer aquellas que mejor se habitúan a un clima determinado, por lo que no es necesario energía extra para su crecimiento y conservación.
Si además, quieres impulsar la economía de Asturias, lo recomendable es consumir verduras locales, que sean cultivadas en tierras asturianas, en plena sintonía con el entorno. El verano es un buen momento para tomar ciertas verduras de la huerta asturiana que están en su mejor momento. Veamos cuáles son:
Cuáles son las verduras de temporada
Los meses más cálidos del año nos tienen preparados productos frescos para consumir en crudo, en ensaladas, en incluso, en batidos acompañados de frutas o leche:
Remolacha de Pruvia
Esta hortaliza debe sembrarse cuando acabe la época de frío, lo que depende de cada región. En el caso de Asturias el momento perfecto es en el mes de mayo, cuando comienzan a hacerse los surcos y las hileras donde van a sembrarse las semillas. Necesita un riego abundante por lo que la primavera es el momento perfecto para que comiencen a germinar y aparecer las primeras hojas, aproximadamente entre 10 y 15 días tras la siembra.
Tendremos que esperar un mes y medio, como mínimo, para comenzar a probar sus hojas (normalmente en ensaladas), es decir, para mitad de julio estarán en su punto.
Zanahoria asturiana
La «reina» de la vitamina A se cosecha en las huertas asturianas en verano (da igual el mes). Se trata de una raíz cuya semilla necesita mucha agua para crecer; sin embargo, se adapta bien a climas fríos y le gusta mucho el sol. El tallo tarda en aparecer y lo curioso de esta verdura es que tiene una vida de dos años, es decir, en el primer año es cuando puede consumirse y, en el segundo, obtener la semilla.
Calabacín asturiano
Se trata de una verdura muy fácil de cultivar porque solo demanda calor y luz; sin embargo, se trata de un producto que se puede sembrar en invierno, sin problemas, incluso con heladas. El momento óptimo de consumo de esta verdura es el verano, ya que está compuesto de agua en un 95%, hidratándonos cuando más calor hace, a lo que hay que añadir que refuerza nuestras defensas ya que es rico en vitaminas A y C.
En conclusión, las verduras asturianas de la época estival están «diseñadas» para darte ese aporte de hidratación que tu cuerpo necesita en estos meses. Además, ya sabes que si son de nuestra huerta estás contribuyendo a mejorar la economía local y que tienes un surtido amplio en ella: calabacín, zanahoria y remolacha son las que mejor maduración van a tener durante los meses de junio, julio y agosto y, posiblemente, las más económicas que encontrarás, ya que es mucho más barato su cultivo.