Las compras de Navidad están a punto de empezar. Anticiparse y anotar todo lo que se necesita es clave para evitar olvidos y compras de última hora. Pero no debes olvidar aprovechar los alimentos que compres al máximo. Estas son fechas de excesos, por lo que es importante mantener bajo control este aspecto. ¿Qué debes tener en cuenta? Te damos algunos consejos.
Elaboración de la lista de la compra
Planificar una lista de la compra te evitará comprar más alimentos de los necesarios. Si no cuentas con una, cuando llegues al supermercado no sabrás qué hacer y actuarás por instinto. Al final, llegarás a casa y es muy probable que no llegues a utilizar algunos productos. Por desgracia, estos acabarán en la basura o apartados en un rincón.
Esto representa un doble problema. Por un lado, gastas dinero en alimentos que no vas a comer. Así, lo único que consigues es malgastar tus recursos en algo que no necesitas. Ten en cuenta que es normal que el precio de determinados productos suba en Navidad, como ocurre, por ejemplo, con el marisco. Al final, podrías pagar de más por un alimento que no vas a consumir.
Por otro lado, estás desperdiciando la propia comida. Se trata de un problema grave, el cual lleva a desabastecimientos y que tiene un impacto en el medio ambiente. Si acaban en la basura, no habrá merecido la pena su producción.
¿Cómo no desperdiciar la comida?
Una de las claves para no desperdiciar comida es el aprovechamiento. Esta práctica no es una novedad, mucho menos en Navidad. Es tradicional, por ejemplo, elaborar sopas con el marisco que ha sobrado y que aún está en buen estado. El objetivo es evitar malgastar cualquier alimento, pero sin sacrificar la calidad del plato final.
Es posible utilizar cada producto de diferentes maneras. La carne sobrante puede picarse para elaborar una lasaña, los langostinos y gambas caben en una ensaladilla rusa o se pueden preparar empanadillas con el pescado sobrante. Sin embargo, ten en cuenta que hay productos que se degradan rápidamente, como es el caso de los pescados y mariscos, por lo que tendrás que aprovecharlos rápidamente.
Prepara los menús con antelación
Tras tener los productos anotados en la lista, procura diseñar un menú para cada día. Por ejemplo, crea uno para la cena de Nochebuena y otro para Año Nuevo. Esto te evita malgastar comida e, incluso, comprar de más. Al saber lo que tienes que hacer, es menos probable que caigas en excesos. Te va a llevar un tiempo, pero lo compensarás aprovechando al máximo los alimentos y el dinero.
No tienes por qué realizar un menú muy detallado, basta con apuntar los platos. Una forma sencilla de crearlos es recoger las recetas que te interesan. En ellas ya aparecen los alimentos que vas a utilizar, por lo que el esfuerzo será menor. También evitas equivocaciones con las cantidades, ya que las tendrás escritas con total precisión.
Organiza a fondo la despensa
Mantener el orden en la despensa es crucial para la Navidad. Al guardar los alimentos y productos que has comprado, es posible que alguno quede olvidado entre los demás. Una adecuada organización te evitará este problema, del que no darás cuenta hasta que pasen las fiestas y revises con calma. Para que esto no pase, debes tener cuidado.
Procura que los alimentos que primero entren sean los primeros en salir y ordénalos en función de los días en los que los usarás. De esta manera, llevarás el orden a tu despensa y sabrás dónde está cada producto. También puedes apuntarlos en un papel para recordarlos.
¿Por qué evitar desperdiciar la comida?
Desperdiciar la comida siempre ha sido un problema, aunque su índole ha cambiado. Hasta hace unas pocas décadas, no se disponía de la abundancia de la actualidad. Cualquier mal uso de la comida podía salir muy caro, ya que era probable que luego se acabará por pasar hambre. Así, por necesidad fueron apareciendo todo tipo de platos que aprovechaban al máximo los alimentos.
Sin embargo, el mundo actual es muy diferente. En Occidente disponemos de abundante comida, por lo que nos permitimos el lujo de malgastarla. Esta actitud es un grave error. Al desaprovechar los alimentos y tirarlos a la basura, lo que se logra es dar un mal uso a los recursos disponibles. Además, se provoca un impacto negativo en el medio ambiente que se suma a todos los demás.
Las croquetas, la elaboración de reaprovechamiento por excelencia
Las croquetas se originaron a modo de plato que aprovechaba los restos de otros. Hoy en día ha trascendido con creces sus humildes orígenes, pero la esencia sigue siendo la misma. Una forma sencilla de implementarlas es con la carne sobrante y añadiendo unas pocas especias. Apunta esta receta para unas croquetas de pollo como ejemplo:
- El pollo sobrante de una de las comidas de Navidad;
- Un litro de leche,
- 60 gramos de harina;
- 60 gramos de mantequilla;
- Medio vaso de caldo de pollo;
- 1 cebolla;
- Sal.
La elaboración es sencilla. Empieza por picar fino los restos de pollo y, si has empleado uno entero, reserva los huesos para el caldo. Luego pocha la cebolla, agrega la mantequilla para que se funda y tras esta, la harina tamizada. Remueve para que los ingredientes se integren hasta que no queden grumos. A continuación, les llega el turno a la leche y el caldo.
Sin dejar de remover, añade los restos del pollo. Cuando la mezcla tenga la consistencia de una crema, apártala del fuego. Rectifica la sal y pimienta y déjala reposar en la nevera durante una hora para que se enfríe. Tras este tiempo, da forma a la masa y empánala para freírla. De esta manera, habrás aprovechado un plato anterior con unos resultados sabrosos.
En definitiva, procura realizar las compras de Navidad de forma consciente y organizada. Así, no malgastarás tu dinero ni desperdiciarás alimentos, con el impacto negativo que esto supone para el medio ambiente. Puedes recurrir a todo tipo de recetas, no lo olvides.