Seguramente habrás oído hablar en más de una ocasión de la cadena de frío en los alimentos. Se trata de un concepto muy importante en el sector alimentación y que debe tenerse en cuenta. Hay que tener muy presente la cadena de frío en los alimentos, pasa asegurarte de que no vas a tener ningún problema con la calidad de los productos que consumes.
El concepto de la cadena de frío en los alimentos es importante porque tiene relación directa con la seguridad alimentaria. De hecho, es un elemento por el cual se trata de controlar la temperatura de los alimentos de manera constante y con control durante todo el proceso del suministro sin romper ninguna etapa.
La cadena de frío en los alimentos implica llevar el control de todo el proceso desde que el alimento sale de la cosecha hasta que llega al consumidor final. Gracias a este proceso lo que se consigue es garantizar su calidad, es especialmente importante cuando se trata de alimentos perecederos.
¿Qué persigue la cadena de frío?
Mantener la cadena de frío en los alimentos tiene como principal finalidad asegurar que los alimentos llegan en perfecto estado de conservación hasta el usuario final que va a consumirlo.
Se trata de un concepto en el que es fundamental mantener la temperatura de los productos en unos niveles específicos. Hay que tener en cuenta que para conseguirlo es necesario que se sigan unas premisas y unas condiciones a la hora de transportar los alimentos en el proceso de distribución. El motivo de que usemos frío en esta cadena es que cuando un alimento se conserva a bajas temperaturas se frena y ralentiza su descomposición y la aparición de bacterias o elementos que pueden hacer que el alimento esté en mal estado.
Elementos en la cadena de frío
En la cadena de frío de los alimentos intervienen diferentes etapas que hay que tener presente para ver cuál es la mejor manera de gestionarlo. Las etapas en la cadena de frío en los alimentos son:
- El almacenamiento de los alimentos en cámaras frigoríficas.
- El transporte en vehículos y camiones refrigerados.
- Las plataformas de distribución y los puntos de venta.
Se puede afirmar que un determinado alimento pasa por todas estas etapas desde que sale de su lugar de origen, habitualmente el campo, hasta que llega a los consumidores en las tiendas.
Si analizamos la cadena de frío en función de todo el proceso que sigue un alimento desde que se recolecta, debemos considerar que hay una serie de procesos que están estrechamente relacionados.
En primer lugar, la materia prima se recoge del campo, esta materia prima es transportada, procesada, empaquetada y embalada. Después es almacenada, se distribuye al punto de venta, y se vuelve a almacenar en el punto de consumo.
¿Cómo saber si se ha roto la cadena de frío?
En muchas ocasiones es posible identificar si la cadena de frío se ha roto porque se pueden apreciar ciertas características en los alimentos. Es importante prestar atención a estos aspectos, porque una rotura de la cadena de frío nos puede hacer pensar que los alimentos se pueden haber visto afectados.
Es más sencillo identificar si se ha roto la cadena de frío en los alimentos cuando se trata de productos congelados. Algunos de los indicadores de que puede haberse producido esta rotura son:
- Si detectamos que se ha formado escarcha en la superficie del producto. Cuando un alimento congelado sufre una subida de temperatura tenderá a expulsar agua y si lo volvemos a congelar, es posible que se forme una capa de hielo por esa agua que se vuelve a congelar.
- También puede darnos una pista de que se ha roto la cadena cuando identificamos que el embalaje de cartón del producto está demasiado blando.
- En otros casos podemos comprobar que, si un determinado producto se descongela muy rápido, es porque no ha estado conservado a la temperatura adecuada.
Cualquiera de estos aspectos nos dará una pista de que el alimento puede estar en mal estado o ser más peligroso al haber roto esta cadena de frío.
Cuáles son las consecuencias de romper la cadena de frío
Cuando se rompe la cadena de frío en los alimentos hay que tener muchas precauciones, ya que puede tener consecuencias negativas para nuestra salud si consumimos esos alimentos.
En el momento en que un alimento se descongela o sube su temperatura se reactiva la actividad microbiana. Aunque al congelar nuevamente el alimento volvemos a parar la actividad microbiana, en esta segunda congelación habremos aumentado el número de microorganismos presente en el alimento.
Algunas de las consecuencias más destacadas de la rotura de la cadena de frío son:
- Posibles intoxicaciones.
- Menor tiempo de conservación del alimento.
- Menos calidad del alimento de forma que se habrán generado más bacterias, se pierden propiedades nutricionales y se generan malos olores.
Por tanto, es fundamental mantener siempre la temperatura de los alimentos de forma constante, evitando bajadas o subidas bruscas de temperatura. Una premisa importante es que si un alimento se ha descongelado no debe volver a congelarse, ya que puede llegar a ser muy peligroso.
Si se tienen en cuenta estos aspectos y se presta atención a la cadena de frío, tendremos alimentos más seguros.