Que lo que comemos influye directamente en nuestra salud es sabido y está más que demostrado. La alimentación que elegimos es una decisión personal, basada en gustos, preferencias, tendencias culinarias, tiempo para cocinar, poder adquisitivo… Independientemente de la dieta que sigamos, la clave consiste en encontrar el punto de equilibrio entre todos los alimentos que consumamos.
Elegimos lo que comemos, porque somos adultos y tenemos esa capacidad de ir al supermercado masymas de confianza y escoger entre toda la oferta de alimentación. Pero… ¿y cuándo éramos pequeños? ¿Teníamos esa opción de elegir?
Cuando eres pequeño casi todo te viene dado. Esa etapa maravillosa de jugar, de viajar con la imaginación a lugares únicos y de ver la vida sin demasiadas preocupaciones es fantástica. Y en lo que se refiere a la alimentación hay que decir que los más pequeños de la casa están a merced de quien cocina: ya sean los padres en casa y los cocineros de los comedores en los colegios.
Encontrar un equilibrio nutricional en la alimentación de los niños, desde que son bebés hasta la adolescencia, es una labor conjunta entre familias y los colegios. Los centros de enseñanza tienen planes regionales y nacionales de apoyo a hacia una alimentación infantil sana y equilibrada y en los menús que se preparan, el peso de productos como las hortalizas, frutas, verduras y lácteos tienen mucho peso.
Claves para una alimentación infantil saludable
Te invitamos a que escuches nuestro episodio sobre alimentación infantil, con Carlota Villanueva.
Los niños necesitan una alimentación variada con la que puedan recargar toda la energía que gastan en la escuela, disfrutando de diferentes actividades o jugando con sus amigos. Además, es una época de crecimiento y de cambios rápidos en el organismo, por lo que el consumo de pescados, legumbres, cereales, lácteos y verduras es del todo fundamental si se quiere conseguir ese equilibrio nutricional en los niños.
Está claro que gominolas, bollería y dulces son llamativos y apetecibles para ellos, pero deberían ser algo esporádico, no la costumbre ya que son productos que no alimentan y que contienen elevados niveles de grasas saturadas.
También es importante el número de comidas que los más pequeños de la casa hacen al día. La siempre recordada recomendación de comer cinco veces al día les viene muy bien a los niños. Desayunar de manera correcta y equilibrada les hace tener la energía necesaria para comenzar el día con ganas e ir al cole con las pilas cargadas. Un pequeño tentempié a media día hará que la mañana no se haga tan larga. A la hora de comer, ya sea en casa o en el mismo colegio, es importante integrar alimentos naturales y ricos en nutrientes. Llega la hora sagrada de la merienda, el momento mágico de la tarde. Y para cenar es recomendable preparar algo ligero, así la digestión se hará de manera óptima y no afectará al sueño.
Como ves, son cinco comidas que hacen que el equilibrio nutricional se mantenga estable durante todo el día.
Integrar a los pequeños en la cocina
Es importante la unión y la relación entre padres e hijos para mejorar la alimentación. Todo suma, desde ir juntos a hacer la compra hasta disfrutar de la comida en familia, pasando por preparar todos los platos o poner la mesa.
Ir a hacer la compra de vez en cuando en familia puede ser una grata experiencia si se enfoca de la manera correcta. Además de aprender a hacerlo, para los pequeños puede ser una manera de entender por qué se elige un producto concreto y no otro de la estantería; pueden aprender a reconocer tipologías de alimentos, a saber leer y entender las etiquetas… En definitiva, un sinfín de posibilidades y con la siempre gratificante experiencia en familia.
En casa ocurre lo mismo, cocinar en familia puede ser una gran idea para que los niños vean la comida como algo más que un plato lleno de cosas. Explicarles el origen de cada producto, cómo se obtiene o procesa, de dónde procede o los esfuerzos que tienen que hacer las personas que lo venden son temas para tratar, de esa forma entenderán mejor que el desperdicio es uno de los puntos a mejorar en cada casa.
Preparar en familia los platos, integrando a los niños en la cocina y dejándoles que hagan parte de los pasos de las recetas es una buena práctica, ya no solo para que entiendan cómo se prepara lo que come sino también para poder despertar el interés por otros temas relacionado con la cocina y los alimentos.
Pero quizá lo más importante es dar ejemplo. Los adultos son el espejo en el que se miran los niños. Tener al menos una comida en familia conseguir crear un vínculo entre todos sus integrantes, además de poder ver de primera mano qué alimentos son más llamativos para los pequeños.
Deporte y sueño, los mejores complementos alimenticios
Hacer algún tipo de actividad física, bien sea nadar, bailar, deportes de equipo o cualquier otra es una muy buena señal. El deporte ayuda al organismo de muchas maneras, desarrollando el sistema locomotor, el cardiovascular y mejora el estado anímico y emocional, ya que el contacto con otros niños potencia elementos no tangibles, pero a la vez muy importantes.
Y en lo que respecta al sueño en las edades infantiles, no es tan diferente a su relevancia en los adultos. Si una persona, independientemente de la edad, no descansa lo suficiente el cuerpo lo nota y se generan inestabilidades que hacen que el comportamiento no sea el normal. La duración del tiempo recomendado para el sueño disminuye a medida que se crece, pues los bebés duermes mucho más que los adultos. Es algo fisiológico y que debemos tener en cuenta.
Alimentación saludable, ejercicio físico y las horas necesarias de sueño son los tres pilares de una salud fuerte.
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