La hidratación es un concepto que mucha gente aún tiene como algo menor o, simplemente, no le da ni la más mínima importancia.
Sin embargo, está claro que resulta fundamental para el bienestar general de nuestro cuerpo. Necesitamos agua. Y la necesitamos porque lo somos, y más concretamente porque la perdemos en nuestro día a día, muchas veces sin darnos ni cuenta. Por eso debemos de hidratarnos constantemente.
Aunque es un tema recurrente, profundizar en las razones para mantenerse bien hidratado puede ayudarnos a comprender mejor su relevancia para con nuestro bienestar. Y más ahora, en pleno verano, donde las temperaturas suben y nos deshidratamos de manera más rápida.
El agua igual a la vida
Todo el mundo sabe que el agua es esencial a nivel biológico para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. ¿Pero sabes que constituye, aproximadamente, el 60% de nuestro peso corporal total?
Este elemento de vida desempeña múltiples funciones dentro de nuestro organismo. Una de esas tareas es que regula la temperatura corporal; otra es el transporte de nutrientes y oxígeno a las células; también ayuda a la eliminación de desechos a través de la orina y el sudor y ofrece un equilibrio de humedad en los tejidos y órganos de nuestro cuerpo.
Las personas perdemos agua constantemente a través de la respiración, el sudor o la orina… Por eso, aunque no hagamos grandes esfuerzos en cuanto a ejercicio físico, necesitamos una reposición regular de agua para mantener hidratado nuestro cuerpo. Si no consumimos suficiente agua, podemos llegar a tener deshidratación, lo que se puede traducir en fatiga, mareos, confusión y, en casos severos, daños renales, fallos orgánicos y problemas más graves.
La hidratación y el control del agua que bebemos es muy importante, y como decimos, ¡en verano más!
El agua ayuda a mantener cuidada la piel
La piel, el órgano más grande del cuerpo, también se beneficia de manera clara y evidente si le ofrecemos una buena hidratación. Una hidratación adecuada mantiene la elasticidad y luminosidad de la piel, previniendo la sequedad y las arrugas prematuras.
Además, el agua ayuda a eliminar toxinas a través de la transpiración, lo que puede mejorar la apariencia de la piel teniéndola más sana y cuidada.
Funcionamiento del sistema digestivo
El proceso digestivo tiene al agua como un elemento de vital importancia, pues ayuda a disolver los nutrientes y facilita su absorción en el intestino. Si no bebemos el agua suficiente y el cuerpo no está hidratado, se pueden provocar problemas digestivos como el estreñimiento, entre otros. Así que ya lo sabes, para ir mejor al baño, bebe agua, seguro que te ayuda.
Apoyo al sistema renal
Los riñones, esos órganos vitales que desempeñan un papel clave en la eliminación de desechos del cuerpo a través de la orina, necesitan de una hidratación adecuada para asegurar su funcionamiento eficiente. Estudios por especialistas resaltan que el consumo de agua diluye las sales y minerales en la orina, lo que disminuye el riesgo de desarrollar problemas futuros en los riñones.
Deporte y agua, una pareja unida
Si beber agua es importante en un estado normal, cuando vamos a hacer deporte es más que fundamental hidratarse. El cuerpo pierde por el sudor sales minerales que deben de ser compensados bebiendo.
Si se llega a límites importantes de deshidratación, la fatiga aumenta, reduciendo el nivel y rendimiento físico. Por tanto, si quieres mantener un nivel físico debes de beber agua regularmente durante tus entrenamientos.
Todo esto y mucho más es lo que nos ofrece el agua a nuestro cuerpo, aparte de ser la bebida más sana que puedas consumir, es la que mejor le va a venir a nuestro organismo.