La gastronomía, especialmente cuando se trata de recetas estacionales, tiene el poder de evocar en nosotros recuerdos entrañables o de trasladarnos a una determinada época. La Semana Santa es, precisamente, una de esas épocas del año que se caracterizan por la presencia de una variedad platos con carácter y a cuál más delicioso.
Recetas típicas de Semana Santa
¿Por qué quedarnos en el consabido potaje de vigilia cuando el abanico es tan amplio? A continuación veremos una serie de suculentas recetas que van más allá de las patatas con bacalao.
Garbanzos con espinacas
Pueden utilizarse garbanzos precocidos, pero también es una forma estupenda de aprovechar las sobras de un cocido. Los dos trucos fundamentales son: añadirles un sofrito de cebolla, ajo, tomate y pimentón y blanquear las espinacas antes de añadirlas (en los últimos 10 minutos de cocción).
Empanada de merluza y espinacas
Podemos hacer la masa en casa o servirnos de las obleas para empanadillas ya preparadas. Simplemente hay que preparar un sofrito de cebolla, tomate y pimiento rojo al que añadiremos la merluza desmigada y las espinacas. Tras dejarlo rehogar bien, escurriremos el exceso de líquido y rellenaremos las empanadillas.
Sopa de ajo
Este básico de la cocina castellana es ideal para combatir el frío. Podemos optar por la versión más contundente, si sofreímos unos tacos de jamón y chorizo junto con el ajo, o por una versión más ligera si nos decantamos por prescindir del embutido. El truco está en sofreir los ajos sin dejar que se arrebaten, luego añadir lascas de pan duro y retirar la olla del fuego para agregar el pimentón. Luego solo tendremos que añadir caldo y cocer 20 minutos. Para enriquecer esta sopa, podemos escalfar unos huevos y añadirlos justo antes de servir.
Patatas viudas
Algo tan sencillo como unas patatas guisadas con su sofrito de cebolla, vino blanco y unas hebras de azafrán pueden resultar un bocado delicioso. Un truco para que la salsa os quede espectacular es chascar las patatas en lugar de cortarlas, así sueltan más almidón y esto logrará una salsa más ligada y espesa.
Tortilla guisada
Es otra de las recetas «de abuela» que se asocian con esta época. Resulta ideal para recuperar una tortilla que se nos haya quedado seca. Pochamos un poco de puerro y cebolla hasta que estén transparentes, añadimos pimentón y harina para dar ligazón y un poco de agua o caldo. Tras darle un hervor, incorporamos la tortilla y dejamos cocer durante cinco o diez minutos.
Torrijas
Son el postre por excelencia en Cuaresma. Si no queremos comprar pan especial para torrijas, podemos aprovechar cualquier barra de pan que se nos haya quedado duro. Para ablandarlo y darle sabor, lo remojaremos en una buena cantidad de leche que previamente habremos infusionado con canela, azúcar y corteza de limón. Después, las remojaremos en huevo batido y freiremos en abundante aceite caliente. Lo ideal es servirlas aún calientes tras espolvorearlas con azúcar y canela.
La Semana Santa es tiempo de recetas tradicionales y sabrosas, ¿con cuál te animas primero?