Hace tiempo se ganó el apelativo de “oro verde” y no es por casualidad. Si hay un alimento en la dieta mediterránea que más alabanzas recibe, es sin duda, el acete de oliva.
Cocinar con aceite de oliva
Cualquier persona que esté interesada lo más mínimo en llevar una vida saludable y disfrutar de una dieta mediterránea sabrosa y beneficiosa para su salud, sabe de sobra que cocinar con aceite de oliva es uno de los grandes mandamientos de la gastronomía.
El aceite proveniente de la oliva, por todas las características que tiene, es ideal para tomarlo de cualquier forma, ya sea en crudo directamente sobre los alimentos como una buena ensalada, un poco de tomate rallado o unas ricas rodajas de pulpo cocido; o cocinando los alimentos en él. De la forma que escojas, estás acertando de pleno.
Tipos de aceite de oliva
Existen diferentes variedades de aceitunas y por tanto es de esperar que el sabor y las características de cada aceite varíen de unos a otros. Dependiendo de su composición y de la obtención del aceite, se pueden distinguir diferentes tipos de aceite de oliva. Aquí tienes las variedades aptas para el consumo humano:
– Virgen. Obtenido a partir del primer prensado de las aceitunas en frío y sin aplicar ningún calor.
– Virgen extra. Es considerado el de mayor calidad y sabor porque su acidez es muy baja. Lo reconocerás por su color verde intenso.
– Virgen fino. Es de buena calidad pero inferior al virgen extra. Su acidez se sitúa en torno al 2 % y es de un color más dorado.
– Virgen ordinario. Su acidez supera el 3 % y tiene pocas propiedades y un sabor más bien pobre. Es apto para el consumo humano, pero no muy utilizado.
– Refinado. Es de muy baja calidad y su sabor es desagradable, aunque tiene una acidez que está por debajo del aceite virgen extra. Para que pueda ser consumido hay que someterlo a varios procesos de refinamiento con calor, lo que le hace perder prácticamente todas sus propiedades medicinales.
– De oliva. Cuando un aceite no lleva ninguna especificación acompañando el término, debes saber que se trata de un aceite que se ha obtenido a partir de mezclar aceite virgen y aceite refinado. Su sabor varía del porcentaje que la mezcla lleve de uno y de otro.
– De orujo. Este aceite se obtiene empleando también el hueso de las aceitunas, prensado y triturado antes de aplicarle varios procesos químicos. Este aceite es apto para el consumo, aunque sus propiedades son muy limitadas y por eso suele mezclarse con algún aceite virgen.
– De orujo crudo. Se obtiene como el anterior pero no se mezcla con ningún otro aceite.
– De orujo refinado. Se obtiene tras refinar el aceite de orujo. Es apto para el consumo siempre y cuando su acidez no exceda los 0,5 grados.
Como puedes observar, existen varios tipos de aceite de oliva, y aunque todos son aptos para su consumo, a buen seguro que tomarás la elección acertada y te llevarás a casa uno de los magníficos aceites de oliva que encontrarás en tu supermercado de confianza.