La tabla de quesos asturianos es mucho más que un simple aperitivo; es una experiencia sensorial que nos conecta con la historia y la cultura de un lugar conocido por su amor hacia este producto.
Acompáñanos a conocer un poco más cómo los diferentes tipos de quesos pueden contar la historia de su tierra y convertirse en los protagonistas indiscutibles de la mesa.
Descubriendo la variedad de la tabla de quesos asturianos
Al adentrarnos en la variada tabla de quesos asturianos, nos encontramos con un abanico de sabores y texturas que son el orgullo de Asturias. Cada queso es una muestra de la maestría quesera de la región, ofreciendo una experiencia única en cada bocado.
Esos quesos que, con su Denominación de Origen, su respeto hacia lo tradicional y su apuesta por la innovación, se han convertido en verdaderos tesoros de la gastronomía asturiana.
Quesos con sello de calidad en Asturias
¿Sabíais que Asturias produce más de 42 variedades de quesos artesanos? Entre ellos, algunos tienen la prestigiosa Denominación de Origen Protegida (DOP) o la Indicación Geográfica Protegida (IGP).
- Cabrales: Este queso azul es, sin duda, el emblema de Asturias en el mundo del queso. Desde 1981, ha ostentado la Denominación de Origen Protegida. Intenso, profundo y con una textura cremosa que enamora.
- Gamoneu: Protegido desde 2003, se divide en dos variedades: el Gamoneu del Valle y el Gamoneu de los Picos. Ambos son quesos azules, cada uno con su carácter único en sabor y maduración.
- Afuega’l Pitu: Con Denominación de Origen desde 2008, este queso destaca por su textura desmenuzable y su sabor ligeramente picante. Se elabora en dos variedades, una blanca y otra roja, la última con un toque de pimentón.
- Casín: Uno de los más antiguos de España, protegido desde 2011. Se le conoce por su sabor fuerte y su textura granulosa. Un queso con una rica historia y personalidad distintiva.
- Los Beyos: Este queso, con Indicación Geográfica Protegida desde 2013, es más suave y cremoso. Se produce utilizando leche de vaca, de cabra o una combinación de las dos.
Otras variedades de queso en Asturias
Además de estos grandes nombres, existen otras variedades que merecen ser descubiertas:
- Queso de Peñamellera: Elaborado con una mezcla de tres tipos de leche, este queso es una joya de sabor y textura.
- Queso de La Chivita: Elaborado con leche de vaca y de cabra, representa una elección ideal para aquellos que desean un sabor distintivo.
Cada uno de estos quesos refleja la riqueza de la cultura quesera asturiana y su habilidad para producir una amplia gama de sabores y texturas.
La tradición histórica de los quesos asturianos
Cuando pides en restaurante una tabla de quesos asturianos estás disfrutando de la historia profunda y fascinante de los sabores de una región que lleva muchas generaciones haciendo algo único. Este legado, forjado a lo largo de siglos, nos cuenta cómo la tradición quesera de Asturias ha evolucionado desde tiempos prerromanos hasta convertirse en un elemento esencial de su cultura culinaria.
Orígenes prerromanos y desarrollo a lo largo de los siglos
Imaginaos, hace siglos, en el Castro de la Campa Torres en Gijón, ya se elaboraban quesos con técnicas que hoy podrían parecernos primitivas, pero que sentaron las bases de lo que disfrutamos ahora.
Los hallazgos arqueológicos de aquel entonces nos muestran que nuestros ancestros usaban bases de tinajas perforadas, probablemente para desuerar la cuajada.
Este paso es esencial en la elaboración del queso, y pensar que ya se hacía en esa época es sencillamente asombroso. A lo largo de los siglos, esta tradición fue evolucionando, y cada era aportó algo nuevo a la forma en que se hacían estos quesos.
Durante la Era Moderna, documentos como el Catastro del Marqués de la Ensenada ya destacaban la importancia de quesos como el Casu y el Cabrales.
Estos no eran meros alimentos; constituían un elemento esencial de la cultura y la economía de Asturias. El queso se convirtió en un emblema de la gastronomía asturiana, tan representativo como las fabes o la sidra.
Influencia de la geografía y economía en la variedad de quesos
Asturias, con su geografía peculiar y abrupta, ha sido el lienzo perfecto para el desarrollo de una variedad asombrosa de quesos. La economía de autosuficiencia, centrada en la agricultura y la cría de animales, propició el surgimiento de estas diversas variedades.
Cada valle, cada montaña, ha aportado algo único a la mesa, y esto se refleja en la diversidad de sabores y texturas de los quesos asturianos.
La tradición quesera de Asturias es un claro ejemplo de cómo la cultura, la geografía y la historia se entrelazan para crear algo que no solo es delicioso, sino que también cuenta una historia.
Cada queso, con su sabor único, nos habla de las montañas, los valles, y las manos que han trabajado durante siglos para perfeccionarlo. Por eso la mancha quesera asturiana es tan importante hoy en día, siendo un enclave único a nivel europeo en lo que ha calidad y diversidad se refiere.
Preparando una auténtica tabla de quesos al estilo asturiano
Crear una tabla de quesos asturianos es todo un arte que va más allá de simplemente seleccionar quesos al azar. Se trata de entender y respetar la maduración y el carácter único de cada queso.
Selección de quesos y maduración
En Asturias se producen más de 40 tipos de quesos, cada uno con su propio encanto distintivo.
Para empezar, es fundamental elegir bien los quesos. Incluir una mezcla de quesos con Denominación de Origen como el intenso y cremoso Cabrales o el único Gamoneu es básico. Sin olvidarnos del Afuega’l Pitu, con su sabor picante, y el Casín, uno de los más antiguos de España.
La maduración de los quesos es crucial. Se puede elegir entre frescos, tiernos, semicurados, curados, viejos o añejos, dependiendo de las preferencias.
Presentación y acompañamientos
Ahora hablemos de la presentación, que es casi tan importante como los quesos mismos. Presentarlos en una tabla de madera es siempre una buena opción, ya que no solo es visualmente atractiva, sino que además intensifica sus sabores.
A la hora del corte, hay que elegir bien las porciones manejables y la forma que cada tipo para que cada uno disponga de su propio espacio. Esto no solo queda bien, sino que también permite a probarlos fácilmente.
Y no podemos olvidar los acompañamientos. Frutas frescas tales como uvas o manzanas, frutos secos, algo de pan crujiente o galletas son ideales para acompañar. A veces, añado un toque dulce con mermelada, membrillo o miel, que contrasta maravillosamente con los sabores intensos de los quesos.