Cuando hacemos compras en un supermercado escogemos aquellos alimentos y productos que solemos consumir diariamente. Sin embargo, puede que no sepamos ni siquiera de qué están hechos o cuántas calorías aportan, entre otras cosas. Las etiquetas de los productos contienen información básica nutricional muy útil e importante.
Indican los ingredientes con los que se ha realizado el producto, así como las grasas, proteínas e hidratos de carbono que nos proporciona dicho alimento.
Saber leer las etiquetas es fundamental, sobre todo si nos preocupa lo que comemos y las propiedades que aporta a nuestro organismo. Sin embargo, aunque los fabricantes están obligados a especificar con qué elaboran los productos, en ocasiones no lo muestran de forma entendible y clara. A continuación informamos sobre lo que debemos tener en cuenta a la hora de leer una etiqueta.
Qué debe tener una etiqueta de productos de alimentación
Las etiquetas de los alimentos contienen principalmente información relacionada con la cantidad de calorías, los datos nutricionales y las porciones de los alimentos. Leerlas puede ayudarnos a la hora de elegir opciones más saludables cuando hacemos la compra en los supermercados.
Por otro lado, estos datos son fundamentales para aquellas personas alérgicas a algunos alimentos. Conocer los ingredientes empleados en la fabricación de los productos es necesario para que las personas alérgicas no tengan problemas de seguridad ni de salud. De esta forma se evita que estos individuos consuman dicho alimento.
El orden de los ingredientes, un factor clave
Una de las cosas que mejor nos indica acerca del producto es la lista de ingredientes. En ella se establece de manera decreciente la cantidad de cada producto empleado para la fabricación del alimento. Es decir, aquellos ingredientes que encontramos en los primeros lugares son los que predominan en el producto y se presentan en mayor cantidad.
Por lo tanto, si compramos unas galletas que se venden como integrales, el principal ingrediente y que debe ir en primera posición es la harina integral. Si consta en primer lugar la harina de trigo refinada, nos estarían engañando.
Es preferible que la lista de ingredientes sea corta
Lo ideal es que la lista de ingredientes sea corta, ya que esto significaría que el producto ha sido menos procesado. Cuantos menos ingredientes tenga, más «natural» debe ser, en teoría. De esta forma, no todos los alimentos están obligados a llevar etiquetas. Por ejemplo la fruta o la verdura es un producto natural sin ingredientes, por lo que no tiene información nutricional ni etiqueta.
El yogur natural, por ejemplo, tiene una lista más corta que un dulce de chocolate. Normalmente sus ingredientes son los siguientes: leche, leche en polvo, proteínas de leche y fermentos lácticos. Como puedes comprobar, se trata de un producto que no ha sido tan procesado y que es más natural. Sin embargo, aquellos productos que contienen altos niveles de grasas, aceite, azúcar, sal y aditivos o conservantes, poseen una lista más larga y por lo tanto han sido mucho más procesados.
Hay que mirar las calorías que tiene
Cuando miramos las calorías por cada 100 g de producto nos referimos a su valor energético. Suele expresarse mediante kJ (kilojulios) o kcal (kilocalorías), aunque son las kilocalorías el valor que más se conoce. Normalmente el porcentaje de este valor se calcula tomando como referencia las calorías que debería consumir diariamente una mujer adulta, las cuales suelen ser de 2000 calorías. Aunque este dato depende de cada persona, ya que no todas necesitan la misma energía.
Las calorías vienen dadas por la composición de los 3 nutrientes esenciales, que son las grasas, las proteínas y los hidratos. Sin embargo no son el único dato que debe tenerse en cuenta, ya que algunos productos pueden ser bajos en calorías pero ricos en azúcares. Por lo tanto, tener pocas calorías no significa ser saludable.
Comprobamos los hidratos de carbono y los azúcares que contiene
Se estima que la ingesta de hidratos no debe superar el 55 % del total de calorías. Los alimentos presentan de forma natural hidratos de carbono. Sin embargo, hay productos que añaden azúcares, que son perjudiciales para la salud. El problema es que las etiquetas no especifican qué cantidad de azúcar es natural y cuál ha sido añadida. Sin embargo, a la hora de comprar un producto debemos tener en cuenta que no conviene superar la ingesta de 25 g de azúcar diarios.
Por ejemplo, a la hora de elegir el pan, este puede estar realizado con azúcares añadidos, por lo que recomendamos optar por un pan de calidad que contenga hidratos de carbono beneficiosos..
Prestar atención a las grasas
El consumo de grasas está situado aproximadamente en unos 66-77 g al día. Por lo tanto, si el producto contiene 15 g o más de grasas por cada 100 g, significa que este nutriente predomina en el alimento. Sin embargo, si aporta 3 g o menos significa que es bajo en grasas. Debes prestar atención a las grasas saturadas, ya que son perjudiciales para la salud. Si el producto aporta 5 g o más por cada 100 g de producto significa que tiene muchas.
En definitiva, recomendamos que al realizar la compras de supermercado visualicemos las etiquetas de los productos para saber qué es exactamente lo que estamos comprando y así estar más informados. Ya que conocer los ingredientes y los nutrientes que nos aportan los alimentos es muy importante si queremos cuidar nuestra salud.