Cada día que pasa, comer sano parece más complicado. Especialmente si trabajas o si tu vida diaria apenas te deja tiempo para cocinar y para ir al supermercado. Pero este reto tiene una sencilla solución. Bastará con que te organices debidamente. El “mail-prep” es una técnica que cada día está más de moda, y que te permite llevar una dieta equilibrada, incluso si tienes poco tiempo.
El arte de cocinar para toda la semana
Esta práctica se ha popularizado en los últimos años. Consiste en hacerse un calendario con las comidas y dejarlas, en la medida de lo posible, preparadas. Para que, de esta manera, entre semana puedas compaginar una buena dieta con las labores que tengas que llevar a cabo. Estos serán los principales elementos de este enfoque:
– Elegir un día. Busca un momento a la semana en el que sepas que vas a tener unas cuantas horas libres, y aprovecha ese momento para elaborar los platos de toda la semana. El truco estaría en cocinar varios platos a un mismo tiempo. Es importante que sea un momento que nunca tengas ocupado, ya que de esta manera ninguna semana estarías sin comer bien. Y, por otro lado, tienes que tener una buena cantidad de productos en la nevera. Mucho mejor si son frescos. Para asegurarte de que tu dieta es equilibrada, lo mejor es que lo hagas dos días a la semana. Por ejemplo, lunes y jueves.
– Pensar los platos. Tienes que tratar de optimizar al máximo los alimentos. Es decir: si por ejemplo compras espinacas, prepara dos platos con ellas, ya que así no te sobrarán. Además, trata de incluir un poco de todo en cada día de la semana.
– Conocer tus posibilidades. No todos los platos se hacen a la plancha. Las cremas de verduras, por ejemplo, pueden aguantar su sabor y sus propiedades varios días en la nevera. Otra opción es hacer las salsas y tomarlas un día con arroz y otro con pasta o demás variables. Y otro tanto pasaría con los guisos. Por lo tanto, no trates de limitarte a unas pocas opciones.
– Consérvalos debidamente. Hay platos que pueden soportar días y días en el frigorífico. Otros, no, pero sí en el congelador. Si preparas potajes o cremas para toda la semana, a los tres días se pueden estropear. Por lo tanto, planifica también cómo conservarlos. Puedes dejar congelando el lunes la comida del jueves, y dejarla fuera del congelador a primera hora de la mañana, así bastará luego con calentarla a mediodía.
Esta sería la idea de un menú semanal:
Lunes: a la comida una ensalada de garbanzos con tomate y cebolla. De cena, crema de verduras varias y una pechuga de pollo.
Martes: de comida garbanzos guisados con espinacas. De cena, crema de verduras con salmón a la plancha.
Miércoles: de comida pollo al horno con verduras. De cena, ensalada de pasta.
Jueves: de comida ensalada de pasta con merluza a la plancha. De cena, ensalada mixta.
Viernes: de comida arroz con brócoli. De cena, ensalada con un filete de ternera.
Y así puedes comer sano en pocos pasos.