La Organización de las Naciones Unidas declaró el 10 de febrero Día Mundial de las Legumbres. Al tiempo, emplaza a duplicar su consumo a aquellas personas que queremos tener una dieta sana. Esto nos ayudará tanto a mejorar nuestra salud como la de nuestro planeta. A continuación veremos cuáles son los beneficios de su consumo debido a sus características nutricionales. Además, haremos hincapié en que son medioambientalmente sostenibles.
¿Por qué celebramos el Día Mundial de las Legumbres?
Las legumbres son uno de los alimentos fundamentales para los seres humanos. Asimismo, su producción es muy económica y sostenible a nivel medioambiental.
El consumo de legumbre es indispensable por sus características nutricionales y la ONU ha destacado su papel como motor económico en diferentes zonas rurales. Además, supone una gran ayuda para las mujeres de los países en vías de desarrollo.
Estos alimentos son una de las claves para conseguir los denominados objetivos del milenio. Entre ellos destaca la erradicación del hambre en el mundo para el año 2030.
Uno de los beneficios de las legumbres que podemos destacar es su gran versatilidad. Son aptas para una nueva tendencia gastronómica como el veganismo, y podemos consumirlas en ensaladas, postres o batidos energéticos. En las estanterías de nuestros supermercados puedes encontrarlas en diferentes formatos: tarros de cristal, platos preparados o secas.
No tenemos excusa para no consumirlas. Son una fuente inacabable de minerales, fibra, proteínas y vitaminas y no tienen grasa.
Por tanto, son tres las razones por las que celebramos este Día Mundial de las Legumbres. En primer lugar, tienen un alto valor nutritivo, pero además promueven la seguridad alimentaria y mitigan el cambio climático.
Legumbres, el mejor aliado para una alimentación saludable
Las legumbres crecen en los cultivos cuyo propósito final es obtener un grano seco. Quedan así excluidos los que se cosechan verdes, como las judías verdes o los guisantes. Este es el motivo por el cual se enmarcan en el ámbito de las hortalizas.
Como ya hemos dicho, estos alimentos tienen un alto contenido en proteínas. De hecho, incluso más que la carne. Las más consumidas en España son las lentejas, que tienen un 24 % de proteínas, y los garbanzos, que contienen un 19 %. También tenemos las judías pintas, con un 24 %; las judías blancas, con un 21 %; y la soja, que tiene un 35 %. Este último producto lleva muchos años consumiéndose de diferentes formas en los países más orientales y ahora lo estamos adoptando también aquí.
Para que podamos comparar el porcentaje de proteína con respecto a la carne, hemos de saber que un solomillo de ternera nos aportará, aproximadamente, un 20 % de proteína.
Otras cualidades nutricionales de las legumbres
Además de la cantidad, también debemos fijarnos en la calidad de dicha proteína. Esta se determina por su capacidad de digestión y composición. Una buena proteína es aquella que contiene los aminoácidos esenciales.
Tradicionalmente se ha considerado de peor calidad esta proteína que la animal porque, a excepción de la soja, no contiene metionina. Pero lo que sucede es que este aminoácido se puede obtener de otras fuentes. Así, su déficit no es un problema al escoger como aporte proteico una legumbre.
Entre sus beneficios está también su aporte de fibra, vitaminas del grupo B y minerales. Entre estos últimos destacan potasio, calcio, hierro, fósforo, cinc y magnesio. En cuanto a la grasa, su porcentaje ronda el 3 % de ácidos grados poli y monoinsaturados.
Por todo ello, son una fuente excepcional de nutrientes.
Un producto sostenible
Las legumbres son un referente alimenticio debido a los nutrientes y la energía que pueden aportar. Además, son alimentos que se encuadran en los principios que rigen la tradicional dieta mediterránea. Su consumo es el de una proteína vegetal no está asociada a grasas saturadas y que puede aportar hasta un 55 % de carbohidratos complejos y mucha fibra.
Los expertos afirman que consumir dos o tres veces a la semana este alimento es una de las decisiones más inteligentes que podemos tomar para velar por nuestra salud y nuestro futuro. Esto nos lleva a hablar del impacto que tiene a nivel global la forma en que llenamos la cesta de la compra. Al adquirir legumbres, estamos también dando un paso importante en la defensa y protección del medio ambiente.
El consumo de legumbres mejora la biodiversidad
El cultivo de legumbres ayuda a mejorar la biodiversidad, evitando que la actividad humana interfiera y modifique drásticamente el medio. La legumbre, desde su semilla, libera fósforo y nitrógeno en la tierra, por lo que sirve de alimento para otras plantas. Mientras se desarrolla, incrementa la actividad microbiana del suelo, lo que lo hace más fértil y rico.
Combaten el cambio climático
La diversidad genética de las legumbres permite seleccionar semillas resistentes a cada tipo de clima. De hecho, algunas variedades pueden adaptarse a los cambios.
En sus raíces, las legumbres tienen bacterias que retienen carbono cuando los niveles de CO2 son elevados en el aire. Estas bacterias liberan nitrógeno a la tierra, de manera que no sea necesario utilizar tantos abonos, y disminuyen la contaminación.
Durante su producción, se consume menos agua que la que se necesita para obtener fuentes de proteína animal. Otra de sus ventajas es que su conservación es genial, lo que evita el desperdicio alimentario.
En definitiva, una buena forma de aprovechar el Día Mundial de las Legumbres es cocinar suculentas recetas y compartirlas en nuestras redes sociales, ayudando a concienciar sobre su consumo.